El ingeniero alicantino Nacho Campos, técnico de la Autoridad Portuaria de Alicante, tiene diseñado un sistema que, según sus cálculos, reduce sustancialmente el impacto que provocan todos los años en la reserva marina (en concreto sobre la pradera de posidonia, la planta marina responsable de la oxigenación del mar), las decenas de embarcaciones de recreo que amarran en la isla, sobre todo los fines de semana, cuando se llegan a contabilizar más de 150 al mismo tiempo. El ingeniero envió el trabajo hace dos años al Consell para tratar de ayudar a la conservación de la isla. La propuesta se centra en un sistema de fondeo fijo para que la embarcación se amarre directamente a una boya flotante sin utilizar las anclas, que son las que dañan la posidonia. Algo así como una marina pero en vez de pantalanes o puntos de amarre, sería un campo de boyas y puntos de fondeo. La zona de amarre abarca una área de actuación de 249.940 m2, para unos 129 barcos. Son sistemas que ya funcionan en Estados Unidos y Francia. La fijación al fondo es muy poco destructiva y además cuenta con una boya intermedia que garantiza el giro de las embarcaciones sin que haya arrastre del fondo y una boya de superficie donde se produce el amarre. Cada elemento puede aguantar más de 8 toneladas.