Cuando la pintora alicantina Perceval Graells aceptó el encargo de INFORMACIÓN de idear un logotipo para conmemorar su 75 aniversario se topó con una doble paradoja: tenía que hacer diseño gráfico siendo artista plástica y sintetizar una realidad sin perder su identidad abstracta. «Los diseñadores trabajan con formas simples y limpias, nosotros más con texturas. Y sin embargo querían que tuviese este estilo y no el otro», recuerda la joven pintora en una cafetería cerca de donde tiene su estudio. Es fácil imaginarla después de colgar el teléfono, con los brazos en jarras mirando al espacio vacío en el suelo de su estudio, tratando de solucionar el problema.

Es una pregunta similar a la que se hizo el cliente cuando tuvo que plantearse qué estilo escoger para celebrar una efeméride tan rotunda. Las dudas se despejaron al recordar que el diseño gráfico es una disciplina reciente, mientras que el símbolo de progreso en la expresión durante la primera mitad del siglo XX era el arte moderno, al que pertenece la abstracción. El periódico y el arte de la pintora hunden sus raíces en el mismo lugar de la línea del tiempo. Se pensó que tenía todo el sentido trabajar juntos.

El logotipo

Frente a su café cortado, la pintora muestra el logotipo en la pantalla del móvil -el lienzo base en el que trabajó está en la galería de Valencia que suele exponer su obra-, y explica sus elementos. «Tenía claro que el papel, la base del periódico, y la tinta negra, el origen de la caligrafía, tenían que estar presentes. Y quería que fuese un logotipo, pero también un collage», remarca enfatizando la importancia de esta última palabra, quizá como homenaje a su admirado Tàpies -quien también colaboró con la prensa diseñando imágenes corporativas-. Al ponerse manos a la obra, la artista trabajó con la misma mecánica con la que compone lienzos.

Buscó primero la mancha, sello de identidad de su movimiento artístico, y su combinación con el papel, para añadir la parte gráfica a posteriori digitalmente. Una vez en Photoshop, aplicó a la mancha «tintas planas, más propias del pop-art, para que funcionara mejor como logotipo» pero conservó «el efecto textura del blanco» del papel. El resultado es diseño plano que juega con la profundidad de un relieve.

Cuenta Perceval Graells que el anagrama está ideado para que contraste con fondos blancos y también con el azul de la cabecera, franja identitaria del periódico de donde también extrajo el color rojo «que a veces se utiliza en las promociones de portada». En esencia, el logo expresa su carácter en blanco, negro y rojo; colores «que se identifican también con la Explanada, son muy de Alicante», como explica la creadora, quien en todo momento habla de lo que la imagen le transmite a ella sin caer en explicar lo que debe transmitir a quien la observa.

Lo hace, seguramente, por coherencia. El movimiento abstracto desarboló la percepción artística de su tiempo y obligó al espectador a enfrentarse a él con una perspectiva nueva: quien esperara reconocer patrones de la realidad común en ellos -personas, paisajes, objetos- no iba a entender nada. Poder atribuir a la pintura un significado o una emoción propia es una de las grandes victorias de la abstracción. Y por ello tampoco quiso que el logotipo, aunque fuese una síntesis gráfica, transmitiera un mensaje explícito. «Si no cojo la audioguía en los museos para que me digan lo que tengo que ver en cada cuadro, tampoco voy a decirle a la gente lo que tiene que entender con mi pintura», asegura con firmeza la artista. Es una expectativa de madurez del espectador que también comparte el buen periodismo: su objetivo no es decirle al lector lo que tiene que pensar, sino facilitarle los elementos para que construya su propia visión de la realidad.

Perceval Graells, a quien este periódico le sabe a «casa» y a «fin de semana», se muestra orgullosa de haber mantenido su estilo -«quien conoce mi pintura sabe que es mío»- en la imagen que ha elegido el diario para celebrar sus 75 años entre la sociedad alicantina.