El Ebro vuelve a aparecer. El Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Seguraha vuelto a reclamar esta semana la recuperación del trasvase de agua del Ebrotrasvase a la provincia de Alicante tras constatar, según los datos de la propia Confederación del Ebro, que el río lleva varios días vertiendo diariamente al mar 53 hm3 -el caudal es de 617 m3 por segudo en Amposta- mientras la provincia se reseca con unas condiciones climáticas que no esperaban hasta dentro de 35 años. Para colmo, el Júcar-Vinalopó desde el polémico Azud de la Marquesa lleva paralizado desde noviembre, ahora por un problema en la balsa reguladora de la Cuesta, que se construyó para paliar las fugas del embalse de San Diego, cuya reparación cuesta 10 millones de euros.
El Consell ha reclamado al Gobierno central que la arregle de inmediato, pero en la agenda de la Generalitat y del Gobierno central en funciones ya no aparece el Ebro, pese a que se incluyó en el programa electoral del PP. De momento, esta semana el Ebro ha vertido al mar en torno a los 370 hm3, el equivalente al trasvase anual que se proyectó para la Comunidad Valenciana, derogado para la construcción de las desaladoras.
Un invierno más y van ya diez años consecutivos, el Ebro vuelve a confirmar lo que se aprende en Educación Primaria, que es el río más caudaloso de España. Los propios técnicos de la Confederación el Ebro han comprobado esta semana que el Azud de Amposta llevaba en su desembocadura todos los días el caudal equivalente a tres meses de trasvase del Tajo en condiciones normales, o sea a razón de 20 hm3 al mes. Una situación que vuelve a cargar de razones a los agricultores alicantinos y al Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante, en su defensa de que el Ebro sería la solución definitiva a los problemas de abastecimiento para riego que sufren los agricultores de la provincia de Alicante.
Antonio Rico, director del Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante, subraya en este sentido, que «año tras año se confirma que el Ebro es el río español menos expuesto a la sequía por lo que no es ninguna barbaridad que se proyectara un trasvase de agua a la Comunidad Valenciana entre mayo y octubre, pero en este país no hay sentido de Estado».
La petición de los regantes del Sindicato Central de Acueducto Tajo-Segura no tiene muchos visos de convertirse en realidad, ya que en el encuentro que han tenido esta semana con la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, primero desde que comenzó la legislatura, ésta les dejó claro que el apoyo de la Generalitat se circunscribe a evitar que se cierre el Tajo y el Júcar-Vinalopó.
El fallido Programa Agua del Ministerio de Medio Ambiente, junto a la imposición de una toma del agua del Júcar-Vinalopó que no garantiza agua de calidad, y las sombras que ensombrecen el futuro del trasvase Tajo-Segura, han terminado por resucitar la petición del trasvase del Ebro por unos agricultores que ven negro el futuro.
El Gobierno derogó el trasvase del Ebro, que no el Plan Hidrológico Nacional, el 18 de junio de 2004 modificando la Ley 10/2001 del PHN del Gobierno Aznar que había comenzado a ejecutarse tímidamente pero que estaba a expensas de recibir financiación de la UE. La ministra Cristina Narbona justificó la medida en que el Ebro sólo tenía 620 hm3 anuales de agua para trasvasar a la Comunidad Valenciana -menos da una piedra- y anunció una inversión de 1.100 millones de euros para generar 300 hm3 de nuevos recursos -más o menos el caudal que hubiera llegado del trasvase del Ebr0-. El PSOE y la propia ministra Cristina Narbona elevaron esta cifra hasta los 341 hm3 nuevos para toda la Comunidad Valenciana pero sin concretar de donde salían, por lo que nuevos recursos, lo que se dice nuevos recursos hídricos, a la provincia de Alicante han llegado unos 30 hm3 de la desalinización.
