El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunció ayer en la sesión de control de la Cortes que el Consell incluirá en los presupuestos de 2017 una partida para reanudar las obras del túnel de la Serra Grossa, la variante del TRAM parada desde la primavera de 2011 por la agonía financiera del a Generalitat. Puig se ha comprometido a aportar capital para una obra que resulta clave para ampliar la frecuencias del tranvía a las playas, San Vicente, El Campello y Benidorm. Cuando el ejecutivo del PP paró las obras, faltaban por invertirse unos 10 millones de euros necesarios para «vestir» el túnel que atraviesa toda la Serra Grossa entre el apeadero de Sangueta y la Albufereta. La Generalitat estima que los trabajos durarán dos años y el túnel estará operativo para el año 2019.

La falta de presupuesto de la Generalitat dejó sin presupuesto en 2011 la variante de la Serra Grossa del TRAM, lo que impidió terminar el túnel que atraviesa la sierra en la Cantera. La constructora que se adjudicó la variante de la Linea 1 en la Albufereta (Finca Adoc) finalizó en abril de 2011, tras diecisiete meses de trabajos, la excavación del túnel de 1.400 metros que atraviesa la Sierra de San Julián.

El proyecto comenzó a ejecutarse en el verano de 2010 con un presupuesto de 36 millones de euros, y hasta abril de 2011 había cumplido los plazos, pero el ajuste presupuestario impuesto en el Consell le pasó factura. Una vez culminada la excavación del túnel, del que se extrajeron 98.000 metros cúbicos (147.000 toneladas de tierra, roca y arenas), falta ahora revestirlo de hormigón antes de comenzar la instalación de vías, catenaria y electrificación.

Por otro lado, el jefe del Consell avanzó que va a solicitar al Ministerio de Fomento la transferencia de las competencias de las cercanías ferroviarias, un derecho que está contemplado en el Estatuto y que va a ejercer. Entre ellas figuran la línea Alicante-San Vicente; la Alicante-Elche-Orihuela-Murcia (aún sin electrificar) y el tramo que nunca se ha activado entre Alicante y Villena, sin apenas coste pero que la falta de voluntad política mantiene cerrada, incluso después de la llegada del AVE y se liberara el tramo convencional. Entre las líneas que reclamará también está la del futuro tren de la Costa, un proyecto conjunto Generalitat-Fomento que todavía carece de presupuesto.

La falta de fondos del Ministerio de Fomento y Consell dejó sin efecto la pasada legislatura el acuerdo firmado en abril de 2010 para crear una potente red ferroviaria entre Alicante y Valencia presupuestada en 7.400 millones de euros (3.400 millones de Fomento y 4.000 del Consell), y con proyectos entre los que figuraban el tren de la costa y la construcción de la red de trenes de cercanías del Vinalopó, aprovechando las vías que ha dejado libres la nueva plataforma del AVE. Además, se incluyó activar una línea de Cercanías para conectar el Vinalopó con Alicante con estaciones en Novelda, Elda, Sax y Villena; así como una conexión directa desde Alicante hasta el aeropuerto, en su camino a Elche y Crevillent (variante de Torrellano).

El plan incluía la modernización de las estaciones de Villena, Elda, Novelda y Sax. Desde la entrada en servicio del AVE, las tres comarcas del Vinalopó se han quedado prácticamente aisladas por ferrocarril. Por la línea convencional Alicante-Madrid, que en La Encina gira hacia Valencia, siguen circulando los Euromed, Talgo y los trenes regionales, pero en las estaciones sólo paran, y no en todas, el Talgo de Barcelona y el Regional de Castilla-La Mancha.

El documento recogía, por otro lado, la prolongación de la línea Valencia-Gandía hasta Dénia y a Alicante, que iba a ser sufragada tanto por el Ejecutivo central como por el Consell. En teoría era una de las obras más importantes desde el punto de vista social (los vecinos de La Safor y la Marina Alta la reclaman desde hace años) como desde el presupuestario. El bautizado como «tren de la costa» iba a circular a un máximo de 220 kilómetros por hora dejando Alicante y Valencia a una hora de viaje.