Guanyar, uno de los socios del tripartito, ve plenamente justificada la demanda de los maceros. «Si nos creemos lo que dice la Constitución y que estamos en un estado aconfesional, a los trabajadores municipales no se les puede obligar a participar en actos religiosos. Si quieren ir determinados concejales, que vayan», dijo Miguel Ángel Pavón, vicealcalde. El tercer socio de gobierno, Natxo Bellido, de Compromís, manifestó su respeto a la libertad de conciencia de los funcionarios y reclamó un reglamento de uso del uso de la figura municipal de los maceros.