Los dos partidos de la oposición municipal lamentaron las graves tensiones internas que vive estos días el equipo de gobierno y coincidieron en apelar a la necesidad de alcanzar una estabilidad para dejar atrás la «parálisis» en la que, argumentaron, se encuentra ahora mismo la ciudad de Alicante por culpa de esta situación. Ni el portavoz municipal del PP, Luis Barcala, ni el de Ciudadanos, José Luis Cifuentes, se atrevieron a aventurar cuál sería la posible fórmula para salir al paso, pero insistieron en que la ciudad «necesita una dirección» y en que «asombra la falta de diálogo y coordinación en asuntos realmente importantes». Para Cifuentes, la situación actual es «de cierta zozobra», mientras que Barcala consideró «un despropósito que ni siquiera dialoguen» los tres partidos del gobierno, algo que, dijo, «a ellos mismos les preocupa».

El portavoz del PP señaló que «se entendería que el gobierno pudiera tambalearse o caer» por estas «discrepancias», a las que se unen las polémicas declaraciones recientes de la edil de Guanyar Marisol Moreno. En este aspecto, Barcala coincidió con el portavoz de Ciudadanos al pedir que dimita o su propio grupo se lo exija, o que el alcalde le quite las competencias si no es así. Para Cifuentes, las palabras de Moreno «están fuera de cualquier posibilidad de aceptación», mientras que Barcala recalcó que «no hay justificación para que no se tomen medidas» contra la edil.