El incremento del tráfico ha afectado también a las tres autopistas de peaje de la provincia, lo que hace que la circunstancia sea todavía más significativa. Por las vías de pago venía pasando desde el comienzo de la crisis un número de vehículos cada vez menor -en el caso de la AP-7 entre Alicante y Valencia se había llegado a perder un 45% de tráfico desde 2007-, pero la situación se ha invertido ahora. La autopista que discurre en paralelo a la costa es la que ha ganado una mayor intensidad viaria en 2015, e incluso superó por primera vez en ocho años la marca de 30.000 vehículos diarios a lo largo del mes de agosto. Acerca de misma esta vía, por otra parte, los senadores de Compromís Carles Mulet y Dolors Pérez exigieron ayer que se liberalice «de inmediato, sin obras», al considerar que la fecha anunciada para ello, el 31 de diciembre de 2019, es «intolerable» y la inversión está «más que de sobra amortizada». A. T.