¿Cómo está ahora mismo el sector de la obra pública en la provincia de Alicante?
No hay nada. Nuestros gobernantes deben dejarse de enredar y centrarse en lo que realmente importa, en generar actividad que produzca empleo y riqueza y no seguir empeñándose en poner chinas en el camino. Olvidémonos de pamplinas como si la banda de música municipal deja de tocar en las procesiones o los 120 peces de una pecera. Los políticos debe sentarse con los técnicos y buscar un consenso. Cumple la ley y las normas y si no te gustan las cambias. Particularmente estoy muy preocupado. No y por mí, que ya lo tengo casi todo hecho, sino por los profesionales que trabajan conmigo y tienen todo un futuro por delante.
¿Los presuntos casos de corrupción están machando la imagen de los profesionales de la Comunidad Valenciana?
Totalmente.Una cosa es la mala gestión y otra la corrupción. Y se lo dije al juez. Desde los egipcios las obras terminan con sobrecostes. A mí de da vergüenza cada vez que oigo y leo lo que leo. Insisto, no hay que decir que no la haya en algún caso, pero no está generalizada. Lo que está claro es que hay que cambiar el escenario para que no sigan sembrándose las dudas. No puede ser, por ejemplo, que el político de turno te encargue una obra teniendo cien, cuando sabe que al final va a salir por ciento treinta. Se produce el sobrecoste, lógico, y luego llegan las sombras. Estamos dando una imagen pobrísima del mundo de la construcción.
¿O sea, que les afecta?
Yo no se si se notará mucho o poco la recuperación pero en el sector de la obra pública el problema es muy grave. Con todo el dolor de mi corazón he visto como excelentes profesionales alicantinos se han sido a buscarse la vida por Europa. Muy triste.
