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«Tenemos que acabar con el 'ya buscaremos después el dinero para pagar la obra'»

Ingeniero de Caminos Canales y Puertos.

«Tenemos que acabar con el 'ya buscaremos después el dinero para pagar la obra'»

Florentino Regalado, uno de los protagonistas de la última historia de la ingeniería en Alicante, se resiste a admitir que la mancha de la presunta corrupción en la construcción se extienda como el aceite de norte a sur de la provincia. Admite que no puede poner la mano en el fuego para asegurar que la corrupción no existe, aunque jura por lo que que haga falta, que en 40 años de profesión «nadie me ha ofrecido una mordida». Sin embargo, admite que el sistema y el modelo para licitar las obras públicas está viciado «y urge cambiarlo. Hay que acabar con aquello de tú adelante, que ya buscaremos luego el dinero para pagar la obra tan extendido entre muchos políticos y aceptado por los técnicos.

¿Qué opina de los casos de corrupción que se han destapado en las últimas semanas en la Comunidad vinculados a la ejecución de obra pública?

Yo no cuestiono que no haya o pueda existir corrupción como en cualquier actividad humana, no deseable por supuesto, pero creo que las cosas se sacan de quicio. Como ingeniero estoy muy molesto y cabreado porque el problema nace de una gestión incorrecta que no es del técnico, sino de cómo se lleva a efecto una obra publica, dando pie a que la gente crea que existe connivencia entre dos partes. Esto es así porque el escenario de la ejecución de las obras públicas en España está montado de forma inadecuada. ¿Por qué se saca a licitación una obra determinada cuando no se tiene presupuesto para ello? Sucede contínuamente. ¿Y qué ocurre? Que para hacer esa obra el político obliga al técnico a gestionar unos recursos para realizar un proyecto, que sabe que con los precios planteados no se puede hacer.

¿Recuerda algún proyecto concreto?

En la zona Volvo sin ir más lejos. El paseo volado se quedó a medias cuando alguien pensó que iba a costar cien cuando en realidad iba a costar doscientos. No se pudo completar. ¿Había corrupción? No la había. Había un deseo político para tener opciones de votos o algo así, pero no la sustentación económica.

¿Y cómo se puede poner remedio?

En primer lugar, teniendo los recursos suficientes para sacar la licitación cuando se sepa el valor real del proyecto. No decir lo quiero pero sólo tengo este presupuesto. Hazlo. Ese es el primer punto. Otro sería erradicar esa práctica de considerar la baja como único parámetro para adjudicar una obra, el precio. Eso no puede ser así. Las bajas debían estar controladas. No se es más honrado por dar una obra al más barato. No señor, las obras tienen que hacerse cuesten lo que cuesten. Es imposible hacer obras al coste de las bajas. El sistema debe cambiarse. Hay que encontrar los parámetros válidos.

¿Qué entiende usted por sobrecostes?

Surgen cuando el proyecto no se ha calculado bien por cualquier cuestión. No se ajusta a la realidad del coste. Y voy a citar un ejemplo concreto. A mí encargaron la ejecución de tres aparcamientos en Alicante en un mes. Imposible y, además, a coste cero, y encima encargando un proyecto que lo pagaba la empresa constructora. Por qué tiene la Administración que ceder en esta cuestión a la empresa. Porque no tiene recursos para pagar la obra y eso suscita la duda de la posible relación en la constructora y el técnico. En el tema de los aparcamientos, cuando empezamos a hacer la obra todo el mundo apareció por allí pidiendo modificados. Aguas, Telefónica, un ascensor para el mercado, granito para loas aceras... y se produce un encarecimiento impresionante. ¿Tiene la culpa el técnico o la constructora? Pues no, es el sistema, la Administración, que también que mete en el tema y pide nuevas cosas una vez empezada la obra.

¿Recuerda otro ejemplo?

En Alicante la reforma del colegio Manjón. El coste era de 1.066.000 euros, se adjudicó a la baja por 680.554 euros y al final costó 875.902 euros, un 29% más caro que la licitación pero todavía por debajo del coste en que se había presupuestado. ¿Hubo corrupción? No, pero lo que le llega a la gente es lo contrario. Alguien ha robado. El ciudadano se escandaliza pero no hay escándalo ninguno.

¿Pero alguna habrá connivencia, o no?

No pongo la mano en el fuego pero yo puedo proclamar que en 40 años de profesión, jamás he aceptado nada. Pero en muchas ocasiones tienes que jugar a ese juego. Por ejemplo, en el tema de los tres aparcamientos que acabó en el los juzgados, nadie, nadie se llevó nada y lo digo bien alto porque yo tomaba las decisiones y nadie metió mano.

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