El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, presidió ayer en Alicante la creación de la Comisión Interdepartamental del Agua, un órgano del que forman parte también las Consellerias de Agricultura, Vertebración del Territorio y Transparencia, y cuyo objetivo será seguir la evolución de la sequía y buscar medidas para conseguir agua de calidad para la provincia. Puig explicó que la comisión se reunirá periódicamente en Alicante y que contará con el asesoramiento de expertos en la materia. De hecho, la Universidad de Alicante acogerá un congreso internacional del agua en la que participarán expertos internacionales.

Entre las primeras medidas, Puig avanzó que van a solicitar al Gobierno central, esté quien esté, el aumento de la potencia eléctrica de la desaladora de Torrrevieja para que produzca 60 hm3 al año y anunció un plan de inversiones en las depuradoras de Rincón de León Orgegia, Elda y Pinedo para conseguir un caudal adicional de 70 hm3 para el sector agrícola.

El presidente de la Generalitat subrayó que la sequía es ya estructural y estamos en un escenario que no se esperaba hasta dentro de 35 años. Con este anuncio apocalíptico describió ayer Puig la agónica situación que atraviesa el sector agrícola de la provincia, agravada por el cierre temporal del trasvase Tajo-Segura, para anunciar la que va a ser la estrategia hídrica del Consell durante esta legislatura. Defensa del trasvase pero potenciación de la desalación de agua del mar en la planta de Torrevieja y aumentar la calidad del agua que sale de las depuradoras de Alicante (Orgegia y Rincón de León), Elda y Pinedo (Valencia) para conseguir un caudal extra de 70 hm3 que se pueda derivar al sur de la provincia de Alicante y Buñol, en Valencia.

La primera medida ha sido reclamar al Ministerio de Agricultura que aumente la potencia eléctrica de la planta de Torrevieja para poder duplicar la producción de agua y pasar de los 30 hm3 actuales a 60 hm3. Puig, acompañado por la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, explicó que para ello se intentará incrementar el uso de energías renovables. La consellera añadió, además, que «cuanto más agua se produzca, mayor será la rebaja en el precio hasta poder, incluso, igualarla a la del trasvase».

Puig recordó que del trasvase Tajo-Segura llegan todos los años 100 hm3, una cantidad que es prácticamente la misma que podría dar la planta de Torrevieja a pleno rendimiento. Por otro lado, la Generalitat ya tiene en marcha, según avanzó Cebrián, las obras del postrasvase Júcar-Vinalopó, para repartir el agua del Azud de la Marquesa -la segunda toma en Cortes de Pallás ha pasado a la historia- y que hasta el Vinalopó lleguen 30 hm3, y no los cinco actuales. «Estamos ante una nueva política del agua con la que el Consell se basará en el rigor, el ahorro, el diálogo y la eficiencia», subrayó Puig.