Bien por la apertura los domingos y festivos de todos los establecimientos comerciales que quieran pero no si perjudica a los trabajadores. Ésta es la postura mayoritaria de los alicantinos consultados por este diario ayer sobre la propuesta del alcalde de ampliar la libertad horaria comercial a toda la ciudad, lo que permitiría a las grandes superficies, se encuentren donde se encuentren, abrir domingos y festivos tal como puede hacer ya el pequeño comercio. «Me parece bien que haya libertad y que cada uno haga lo que considere», indicaba ayer Luisa Sánchez, una alicantina que al mediodía andaba cargada de bolsas por Maisonnave. Para Luisa, «es bueno que estén abiertos los centros comerciales porque hay mucha gente que no puede comprar otro día por trabajo, pero deben contratar a gente y no utilizar a los mismos empleados para los domingos». Este planteamiento es compartido por Carmen Gómez, quien indicaba ayer que «la pareja de mi hija trabajaba en el Corte Inglés y muchas veces tenía que ir los domingos a cambio de librar un martes o un miércoles, y no es justo porque no coincides con la familia ni con la pareja. No debe valer lo mismo trabajar un martes que un domingo». Más rotunda todavía se mostraba Nuria Blanquer, una joven administrativa que, a la pregunta de qué opina sobre la decisión de que puedan abrir en festivos señalaba que «estoy en contra porque aunque ahora digan que van a contratar gente para trabajar en los festivos, luego no lo hacen y al final son los empleados los que salen perjudicados».
Con todo, la opinión mayoritaria de los alicantinos consultados por este diario sobre la medida del alcalde era favorable, sobre todo al conocer que la medida se adopta a condición de que los empleados habituales de los centros comerciales no trabajen más de 13 festivos o domingos al año y que suponga la creación de nuevos puestos de trabajo. En este sentido, Gabriel Echávarri señaló ayer que la medida puede suponer la contratación de unas 600 personas. «Si sirve para crear empleo, aunque sea los fines de semana me parece muy bien, hay mucha gente que no tiene nada y a la que puede ayudar un contrato aunque sea de domingo», indicaba ayer Luis Ángel Medina, empleado de una aseguradora que confiesa ser uno de los que aprovecha los festivos en los que abre el comercio para comprar, sobre todo ropa.
«¿Pero no acababan de prohibir al Corte Inglés que abra?», se preguntaban confusos Maite y Javier, una pareja que conoció la decisión de la primera autoridad local a través de este diario. «Menudo lío llevan», indicaba Javier para mostrar a continuación su postura favorable a la apertura. «El tiempo que abrió el Corte Inglés los domingos, el centro estaba más vivo y había más ambiente. Si el comercio cierra, la ciudad está muerta», añadía.
Por su parte, Juan Antonio Fernández resaltaba la importancia que a su juicio tiene esta medida para el turismo. «Vienen a veces cruceros un domingo y los viajeros deben encontrar el comercio abierto, si no, no hay nada que hacer. Si queremos ser una ciudad turística tenemos que ofrecer servicios, si no la gente no vendrá». A su lado, Julia Iglesias ratificaba que «siempre que se respeten los derechos de los trabajadores y que tengan sus días de libranza igual y se les pague lo que corresponda me parece bien que abran quienes quieran hacerlo igual que hacen en el centro de Valencia». Otra jubilada, Araceli Devesa, también se mostraba a favor de la medida, «creo que es bueno que la gente tenga libertad de comprar cuando le venga bien siempre que no se perjudique a nadie aunque a mí no me gusta salir a comprar los festivos».
Si se ratifica la medida anunciada por el alcalde, los centros comerciales podrán abrir todos los domingos y festivos excepto Navidad, Año Nuevo, Reyes, San Juan y Santa Faz.
