La Junta de Hermandades de Alicante defiende la presencia de los maceros en las procesiones de Semana Santa al entender que realizan una labor de representación institucional y no religiosa. «Lo que está claro es que no salen en procesión acompañando a ninguna imagen sino que van escoltando bajo mazas a la Corporación», apuntó ayer el presidente del colectivo de Semana Santa, Alberto Payá, tras conocer que los cuatro funcionarios de ceremonial a los que les corresponde lucir el blusón, gorro y mazas en actos oficiales han solicitado por escrito al alcalde que les exima de la obligatoriedad de participar en eventos organizados por la autoridad eclesiástica o entidades religiosas al entender que lesiona su derecho a la libertad de creencia.

El representante de la Semana Santa destacó su máximo respeto y defensa de la libertad religiosa, paro añadió que «no hay que confundirla con las obligaciones profesionales de representación institucional porque son los que salvaguardan y custodian, y no se representan a sí mismos sino a todo un ayuntamiento». La figura de los maceros acaba de recuperarse en ciudades como Granada, donde existe un protocolo expreso para su intervención en los actos en honor de la virgen patrona, según ha podido conocer Payá tras contactar con un experto en protocolo titulado por la Universidad de Alicante. Según este asesor, sólo un acuerdo de pleno o el alcalde les puede eximir de estar, dado que «su actuación no está en relación a su conciencia sino a la representatividad y competencia que se le otorga. Además cobran un plus por el desempeño del puesto». El mismo asesor apunta que el reglamento de honores del Ayuntamiento, de 1997, no hace referencia a los maceros, pero sí la carta de servicios de Alcaldía.

Precisamente el alcalde, Gabriel Echávarri, aún no ha tomado una decisión sobre lo que reclaman los maceros, con los que se reunió y a los que aseguró entender sus argumentos para reclamar la opción de no salir. Consultado al respecto, el primer edil afirmó que nada tiene que ver con el caso de la banda municipal, cuya salida en la procesión del Viernes Santo fue vetada por Guanyar al entender que violaba el principio de aconfesionalidad. En este caso, Echávarri apoyó la salida de la banda, en contra del criterio de su socio de gobierno, «porque entendemos que su presencia es necesaria ya que miles de alicantinos salen a disfrutar de las procesiones y de la música». Echávarri tiene previsto asistir a la procesión del Viernes Santo a la que no quieren ir los maceros por objeción de conciencia.

El grupo municipal popular recuerda que los cuatro funcionarios municipales que luce la dalmática tanto en la procesión del Viernes Santo como en San Nicolás, la Virgen del Remedio o el Corpus cobran un complemento por esta representación. «Es algo que excede la libertad religiosa puesto que entramos en las tradiciones, como Santa Faz. Los maceros son patrimonio de la ciudad de Alicante», dijo el edil José Ramón González, quien propuso que otros trabajadores puedan acceder voluntariamente a realizar esa función.