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El Puerto recupera los niveles de exportación anteriores a la crisis

Los muelles movieron cerca de 1,2 millones de toneladas volviendo a los niveles de 2009

Imagen de archivo del muelle 17, donde se concentra la carga de graneles sólidos. rafa arjones

La todavía lenta pero firme recuperación del sector de la construcción ha hecho posible que el Puerto de Alicante recupere en los dos últimos años los niveles de exportación anteriores a la crisis provocada por la explosión del «ladrillo» y que se habían hundido desde 2010. Los muelles han vuelto a superar el millón de toneladas, algo no se recordaba desde 2009 y lejos todavía de los mejores años como los casi 1,6 millones de toneladas que se movieron en 2001, según refleja un informe de la Asociación de Trabajadores de la Autoridad Portuaria.

La actividad es tal que se han tenido que volver a utilizar, puntualmente, en las últimas semanas muelles como el 11 -originario de graneles- y el 13 y el 15, infraestructuras que pueden acoger muchos tipos de carga y descarga. Algo que ha vuelto a despertar los recelos de los vecinos del entorno portuario, que exigen que se tomen medidas correctoras para eliminar las nubes de polvo generadas cuando sopla el viento y no se detiene la operativa.

No obstante, según el informe de los trabajadores portuarios, el aumento de la actividad industrial se traduce en un incremento de las actividades polémicas. La descarga del cemento (importación) de barco a muelle se realiza ya mediante las tolvas ecológicas y almacenándolo en silos tal como exigen los vecinos, y, por otro lado, el puerto ha dejado, prácticamente, de mover carbón y coque de petróleo al apagarse los hornos de la cementera.

El problema se centra ahora en controlar la carga de muelle a barco del clíncker (material para fabricar cemento) para conciliar la actividad industrial con el derecho de los vecinos a que todo se haga de forma escrupulosa para evitar cualquier tipo de impacto sanitario. Algo que ya pidió el Sindic de Greuges al Ayuntamiento en un informe de 2009, en el que también se reconocía la necesidad de mantener la actividad por su relación con la economía de un puerto del que viven directamente dos mil familias.

El problema es que, por su especial composición, el clíncker no se puede cargar directamente al barco mediante una tolva ecológica, de ahí que la operativa se realice cargando del muelle a la bodega, según sostienen los trabajadores. De ahí las pantallas cortavientos y otros sistemas de protección, insuficientes para los residentes en el entorno portuario.

En este sentido, los trabajadores del puerto han lanzado una propuesta para tratar de acabar con una polémica que lleva años y que ha acabado ante la Fiscalía Anticorrupción. La asociación ATDAPA plantea que se cree una comisión de expertos formada por profesores de la Universidad de Alicante, la Miguel Hernández, Generalitat, Ayuntamiento, Puerto y consultores independientes que «analicen la realidad de la operativa de los graneles en general y en particular las del Puerto».

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