El nuevo episodio de tensión a cuenta del personal vivido en las últimas horas entre los dos socios mayoritarios -PSPV y Guanyar- del tripartito que gobierna el Ayuntamiento de Alicante se saldó ayer con un intento del vicealcalde Miguel Ángel Pavón de reconducir el pacto y la ácida respuesta del primer edil, el socialista Gabriel Echávarri, que rechazó «la esquizofrenia democrática» de la marca blanca de Esquerra Unida y avisó de los riesgos de ruptura si el también concejal de Urbanismo continúa tensando la cuerda: «Yo firmé un acuerdo basado en la confianza. Si alguien desconfía, será el culpable de que eso se rompa».

En medio de la batalla interna, Ciudadanos recogió el guante lanzado el domingo por los socialistas y abrió la puerta a su hipotética entrada en el gobierno en el supuesto de cisma definitivo en el tripartido. Mientras, el socio minoritario del gobierno, Compromís, volvió a hacer equilibrios de equidistancia y pidió «lealtad y responsabilidad» a sus dos compañeros del tripartito, en tanto que el PP volvió a hurgar en la tesis de «la parálisis y la ingobernabilidad» de la ciudad por las diferencias internas en los tres grupos de la izquierda.

No hay semana sin sobresalto en el equipo de gobierno en estos ocho meses de mandato. Tras el cruce de comunicados en la tarde del domingo entre Guanyar y PSOE en el que los socialistas invitaron a Pavón a romper el tripartito «si no está conforme con el gobierno compartido del Ayuntamiento», el vicealcalde se aprestó ayer a negar cualquier intento por su parte de fracturar el acuerdo y responsabilizó de este nuevo conflicto al concejal de Recursos Humanos, el socialista Carlos Giménez -hombre próximo al exsecretario del PSPV Ángel Franco-, firmante del comunicado que emplazaba a Guanyar a romper el pacto tras exigir esta formación su presencia en la comisión técnica sobre el personal municipal, tal y como recoge el acuerdo de gobierno. «El concejal de Recursos Humanos parece que quiere convertir esa denuncia de un incumplimiento en un motivo de ruptura. A ese juego no vamos a entrar», destacó Pavón, que reiteró su compromiso «firme» por el pacto suscrito y destacó que van a seguir «trabajando para que esta ciudad tenga un gobierno de progreso».

Con todo, la creciente tensión que viven los dos socios mayoritarios del equipo de gobierno se escenificó momentos antes antes de estas palabras de Pavón cuando Echávarri esquivó deliberadamente su compañía en el acto de repulsa a las puertas del Consistorio por la última víctima por violencia de género.

Visiblemente distantes, el primer edil y el concejal de Urbanismo ni se dirigieron la palabra al terminar los minutos de silencio. A renglón seguido, el alcalde se dirigió al estudio de Radio Alicante instalado en el zaguán municipal y descargó con fuerza, sin citarlo, contra Pavón. «La diferencia de raíz estriba en el concepto de gobierno compartido», argumentó Echávarri. «No se toma una decisión entre tres personas, sino que una persona la toma por las tres. Yo me baso en la confianza y no podemos basarnos en la desconfianza porque en ese caso no funcionaremos. Somos un gobierno de coalición y no una coalición de gobiernos», añadió.

Preguntado acerca de si se podía haber rebajado el tono beligerante de los comunicados entre los dos socios, el alcalde asintió, pero no sin volver a cargar contra Guanyar: «Dicen que que exigen al PSOE [que diera marcha atrás y convocara para la mesa técnica a los otros dos socios], pero tú no exiges a tu socio, dialogas con él. No se puede ser gobierno y oposición a la vez. Esto es esquizofrenia democrática».

En esta nueva escalada del conflicto entre socialistas y Guanyar, Echávarri ha dado entrada a un tercer actor, Ciudadanos, con el que advierte a su socio díscolo de que la opción de un cambio de gobierno es factible, máxime cuando los partidos de Pedro Sánchez y Albert Rivera están acercando posiciones para formar gobierno en Madrid. «Ciudadanos está ahí, ha demostrado una moderación y hay cercanía en Madrid», destacó el alcalde en la Ser. «También votaron a favor de mi proyecto para la investidura y les agradezco su disposición. Yo firmé un acuerdo de gobierno basado en la confianza. Si alguien desconfía, será el culpable de que eso se rompa», agregó.

Echávarri respondió de este modo a las palabras del portavoz municipal de C's, José Luis Cifuentes, en el sentido de que no cerraban la puerta a su posible entrada en el gobierno en el supuesto de ruptura del tripartito. Más lejos aún había ido poco antes el también concejal y portavoz de Ciudadanos en la Diputación, Fernando Sepulcre, que se ofreció al alcalde para que contara con ellos.

Cansado de «las salidas de tono» y «la bronca constante» protagonizada por Pavón, admitieron ayer fuentes socialistas, Echávarri ha intentado dar «un golpe de autoridad» con su doble invitación: a Pavón a romper el pacto y a Ciudadanos a formar parte del Gobierno en caso de ruptura. Al mismo tiempo, el primer edil busca una reacción en defensa del tripartito por parte de los otros cinco concejales del grupo de Guanyar, con los que pueden existir diferencias concretas en la gestión municipal, «pero no se distorsionan, ni se convierten en el ruido permanente» que genera el edil de Urbanismo.

En esta línea, el concejal de Cultura, Daniel Simón (Guanyar), rechazó anoche en su facebook la hipótesis de una ruptura del tripartito y reiteró «el compromiso» de su grupo con el proyecto «de progreso» que gobierna el Ayuntamiento.