La Agencia Valenciana de Turismo ha cerrado un principio de acuerdo con el gobierno de Castilla-La Mancha -falta concretar las condiciones en una cumbre que se celebrará en Toledo- para lanzar la próxima temporada el programa Turismo Senior (Imserso autonómico), que se basará en ofrecer, junto a la participación de diputaciones y ayuntamientos, vacaciones subvencionadas durante la temporada baja a los pensionistas de las tres comunidades. La intención del secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, es involucrar también a Aragón, dada su proximidad geográfica.
Todavía no se ha definido el modelo, pero se quiere que sea similar al Imserso estatal pero con mejores condiciones para los empresarios. La iniciativa comenzó a fraguarse en la pasada edición de Fitur y el objetivo es crear una bolsa de turistas jubilados, que son los que más facilidad tienen para moverse durante los meses en los que muchos hoteles de la provincia cierran por temporada.
Faltan todavía por cerrar los flecos pero la iniciativa ha sido muy bien acogida entre los hoteles que trabajan este tipo de turismo, máxime por el cabreo general con las condiciones del programa estatal. Desde 2004 los precios no se han actualizado y los empresarios vienen alertando desde hace dos años de que no pueden soportar la carga que supone el alojamiento de estos clientes. Una tarifa de 20 euros que incluye el alojamiento, tres comidas al día, animación, servicio médico y fiesta de despedida. Precio que, a día de hoy, ya no da para mantener en muchos casos ni plantillas ni hoteles abiertos en invierno
La Costa Blanca tiene asignadas este año 110.000 plazas del cupo del turismo del Imserso, lo que le permite recibir a 250.000 jubilados entre noviembre y abril. En la Comunidad Valenciana se benefician del programa Benidorm, Guardamar, Finestrat, Altea, Xábia, Santa Pola, Peñíscola y Gandía. Los hoteles ingresan del Gobierno unos 5 millones de euros, cantidad a la que hay que añadir otros ingresos derivados del gasto directo de los clientes. Los hoteleros apenas reciben unos 20 euros por persona y día de estancia -los grupos de jubilados pasan 12 días en el destino- cantidad con la que tienen que facilitar pensión completa y la fiesta de bienvenida.
El turismo del Imserso fue en su día clave para la Costa Blanca y, en concreto, para muchos hoteles, gran parte de los cuales siguen abiertos en invierno gracias a los turistas jubilados a los que el Gobierno subvenciona los viajes. Los hoteleros consideran que el Ejecutivo debiera ser más generoso porque, además, por cada euro invertido en el programa el Estado recupera 1,5 euros a través de las prestaciones sociales que deja de pagar a los trabajadores en los hoteles abiertos, así como a través del IVA.
En este sentido, la semana pasada se volvieron reproducir las tensiones entre los hoteleros de la provincia, representados por la asociación Hosbec, y el Imserso. Los empresarios remitieron sus quejas por escrito a la secretaria de Estado de Asuntos Sociales y al Director General del Imserso por la actuación del operador Mundiplan que resultó adjudicatario de los viajes a Canarias y Baleares. Hosbec denunció en su carta que la división de los lotes «va a situar a los hoteles de las zonas peninsulares en una posición de desventaja competitiva clara respecto a las Baleares si se autoriza o se permite que los paquetes que no puedan ser comercializados para Canarias puedan ser desviados a establecimientos hoteleros de Baleares», debido a la gran demanda de plazas al estar cerrado Túnez. La asociación considera y así lo ha hecho constar que «cualquier desvío de plazas o cupos a otras zonas debería hacerse mediante un reparto proporcional al resto de zonas participantes, independientemente del operador que trabaje cada una de ellas». Polémica servida.
