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¿Qué fue del carnaval alicantino?

¿Qué fue del carnaval alicantino?

El Carnaval de alicante renació en nuestra ciudad en el año 1979. Si bien sus primeras ediciones fueron de carácter público y clandestino, pero dejemos este asunto para otro momento.

El motivo de este escrito es comentar el progresivo deterioro que ha sufrido esta maravillosa e internacional fiesta en nuestra ciudad, a pesar del esfuerzo realizado por la Mesa del Carnaval «La Meca», que año tras año ha luchado contra la incomprensión (cuando no con la franca hostilidad del partido dominante y del sector mas conservador de la sociedad) para mantener los ritos del antruejo. Durante estos últimos años ha sido escasamente financiado, censurado, vaciado de contenido y, tratado con poco cariño, en suma, por ser una fiesta libre, rebelde, popular y sobre todo auténtica, llena de creatividad, osadía y frescura. Quién no recuerda aquella Rambla decorada con pendones, aquellas arqueologías urbanas y la exitosa pasarela donde el pueblo mostraba su encanto e imaginación....muchos nos acordamos.

Alicante supo crear un Carnaval auténtico e innovador, recogiendo lo mejor de la tradición pero dotándolo de un lenguaje vanguardista y creativo que le confería un carácter especial y diferenciador. Pocas veces se ha casado tan felizmente lo viejo con lo nuevo...

En los últimos tiempos, estos elementos han sufrido un franco deterioro y declive por la falta de atención, presupuesto, etc...La Rambla se ha convertido en un lugar sin imaginación lleno de barras y de marcas comerciales y, en muchas ocasiones, con un servicio de música ramplona y enlatada...Eso no es Carnaval. Eso es un mal trasiego masificado y sin rumbo.

El resto de actos mantienen su idiosincrasia y esencia al no ser el nuestro un Carnaval eminentemente de lujo y lucimiento sino, más bien, una celebración del ingenio y de sátira social.

Nuestra ciudad no puede permitirse desde un punto cultural y económico prescindir de una fiesta tan esencial y que tanto interés despertó en sus albores y época de esplendor (que la tuvo) entre los alicantinos y todas las personas que nos visitaban y que encontraban en esta ciudad un golpe de aire fresco y espontaneidad.

En fin, lo dicho. A ponernos las pilas y a tenerlo claro. ¡¡¡ Larga vida al Carnaval y a las gentes que lo hacen posible!!!

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