La Confederación Hidrográfica del Segura activó ayer, con una semana de retraso, los pozos de sequía de Calasparra desde donde se bombearán 25 hm3 para los regantes del Tajo-Segura, que no reciben una gota de agua desde octubre de 2015. El anuncio no tranquilizó los ánimos de los agricultores. La paciencia tiene un límite y ayer éste saltó por los aires en boca del presidente del Sindicato Central del Acueducto Tajo-Segura, José Manuel Claver, quien exigió la dimisión del presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, Miguel Ángel Ródenas, harto, como el resto de los agricultores, de los incumplimientos del Ejecutivo central con los regantes.

Claver recordó que el Ministerio de Agricultura autorizó la activación de los pozos el 1 de febrero, y una semana después ayer seguían cerrados. «Miguel Ángel Ródenas es un verdadero obstáculo para el desarrollo de la cuenca, ya que en lugar de tirar del carro para propiciar recursos hídricos pone palos en la ruedas. Que se vaya él o que le cese la directora general del Agua», reclamó Claver, acompañado de Isidoro Ruiz, presidente de la Junta Central de Usuarios del Segura. «Siento tener que pedir su dimisión», comentó José Manuel Claver, añadiendo que «no es la persona idónea para este cargo ni nunca lo fue». Palabras reforzadas por Isidoro Ruiz. «Es doloroso que haya hecho dejación de funciones».

Dos horas después, la Confederación anunciaba la apertura de los pozos de los que los regantes del Tajo-Segura recibirán 25 hm3 de aguas subterráneas para paliar una situación agónica que no se recordaba desde 1995, hace veinte años, cuando incluso se llegó a autorizar un trasvase desde Entrepeñas y Buendía, que estaban en peor situación que hoy.

Tras la activación del Sinclinal de Calasparra, los agricultores esperan otro gesto el próximo viernes, cuando se reúne el consejo de ministros y estará sobre la mesa la posibilidad de reabrir el trasvase, toda vez que las lluvias de enero han elevado el nivel de la reserva de la cabecera del Tajo hasta los 346 hm3, diez por encima del límite legal para este año establecido en los 336 hm3. El ministerio no ha enviado agua para riego por el trasvase desde finales de octubre de 2015.

Es más, de los 25 hm3 que llegará ahora desde Calasparra, 7,5 hm3 son para pagar todavía el agua que se quedó sin llegar tras la última apertura.

En relación a la falta de control de los desembalses en el complejo de Entrepeñas y Buendía, y a que el Ministerio de Agricultura permita, en plena sequía, que el río Aranjuez tenga un caudal ecológico anual de 240 hm3 al año, 60 hm3 más de los que establece la ley, mientras mantiene cerrado el trasvase de agua para riego al Segura, Claver señaló que «quizá sea legal pero no es nada moral viendo como estamos en Alicante y Murcia».

Los regantes, al igual que el Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante, plantearon a finales del año pasado al Gobierno que habilitara una conexión hacia el Segura desde el Tajo-Medio en la sierra de Gredos, donde el régimen de lluvias es de 2.500 litros por metro cuadrado al año y el caudal es mineral, pero la propuesta no ha cuajado. Mientras, el Ministerio de Agricultura sigue enviando 8.000 hm3 a Portugal, el triple de lo acordado.

Por otro parte, la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, volvió a reclamar ayer al Gobierno que aumente el caudal que se desala en la planta de Torrevieja.