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Acoso escolar

Mucho más que cosas de críos

Los casos de niños que se han quitado la vida tras sufrir acoso escolar crean conciencia del problema

Mucho más que cosas de críos

Hay que tener el corazón muy duro para no conmoverse ante la carta que Diego González dejó a sus padres antes de tirarse por la ventana del quinto piso donde vivía en Leganés. Ese «os hecharé de menos» con hache, propio de sus 11 años, y sus palabras hacia sus padres, su hermana y su abuelo que encogen el alma. Pero sobre todo, los motivos de su suicidio: «Ya no aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir», que ha movilizado a sus padres en su intento de que se reconozca que el niño era víctima del acoso en el colegio. Como es imposible no estremecerse ante la lucha que mantuvo Montserrat para que se reconociera que su hija Carla de 14 años, se suicidó hace casi dos años en Gijón al no soportar más el acoso del que era objeto en su colegio por parte de varias compañeras de las que dos han sido al final condenadas. En internet se pueden ver fotos de la niña mientras su madre cuenta que le llamaban bizca, o bollera, que le lanzaban agua del váter o que le pegaban hasta que la pequeña no pudo más. O el caso de Alan, un joven transexual que se quitó la vida en diciembre tras ser acosado por su orientación sexual.

Los de Diego, Carla o Alan son tres casos especialmente dramáticos porque han acabado en suicidio, pero no son los únicos. Según la Organización Mundial de la Salud y Naciones Unidas, cada año se quitan la vida en el mundo unos 600.000 adolescentes y jóvenes entre 14 y 28 años y la mitad de los casos tendrían relación con el acoso escolar, el conocido como bullying que en el mundo sufrirían unos 246 millones de niños según el Foro Mundial sobre Educación que se celebró el año pasado en Corea del Sur.

En España el acoso escolar afecta al 4% de los niños de Primaria y al 8% de Secundaria, cifras que no dejan de crecer con la expansión de las redes sociales y el anonimato que da internet. Así lo señala la Asociación Contra el Acoso Escolar. Sin embargo, no está tipificado como un delito sino que se encuadra en el delito contra la integridad moral por el que han sido condenadas por ejemplo las agresoras de Carla. La Memoria Anual de la Fiscalía General del Estado de 2015 señala con respecto a la violencia en el ámbito escolar que «pocas novedades ofrecen las fiscalías en sus informes sobre esta variante delictiva respecto a años anteriores siendo los supuestos usualmente de carácter leve resolviéndose la mayor parte mediante la aplicación de soluciones extrajudiciales».

Sin embargo es un problema muy grave. El ministro de Educación, Iñigo Méndez, lo constató el jueves escuchando, de cara al futuro Plan Estratégico de Convivencia Escolar, los testimonios de chicos y chicas que han sufrido en sus carnes el desprecio, la agresión o el aislamiento de sus compañeros. El titular que salió de aquella reunión pone los pelos de punta: «Hay casos de acoso en todos los colegios» aseguran los jóvenes, pero se sienten incomprendidos por la «falta de concienciación sobre el problema». Lo ratifica Ignacio (nombre falso), un chico alicantino de 13 años que cambió de centro el año pasado harto de que se metieran con él y el instituyo no tomara medidas. «Me costó mucho confesar a mi padres que tenía miedo a ir a clase. Al final lo hice y lo hablamos con mi tutor. Cambiaron de clase a los dos chicos que me acosaban pero a la salida de centro me esperaban y en una ocasión me empujaron y me pegaron. Al final preferimos cambiar de instituto».

En la memoria de la Fiscalía se considera que «la labor de detección y prevención por parte de los centros escolares sigue siendo fundamental... Con todo, se observa que a veces los colegios, aún contando con protocolos específicos, son reacios a ponerlos en marcha por su reticencia a admitir que dentro del colegio pueda existir acoso escolar».

En la provincia de Alicante alrededor de 13.000 escolares menores de 17 años son o han sido víctimas de acoso en la escuela. Desde la Asociación Valenciana contra el Acoso Escolar (Avalcae) se considera que alrededor del 6% de escolares son víctimas en mayor o menor medida, pero que no se denuncian en la mayoría de los casos y, en otros, los centros no actúan con la contundencia y agilidad necesaria y minimizan el problema considerando que son «cosas de críos», algo extremadamente peligroso ya que, como por desgracia se va demostrando, en ocasiones el acoso acaba con el suicidio de la víctima o con secuelas que le afectan durante años. La propia Conselleria de Educación ha confirmado el incremento de los casos de acoso y ciberacoso en las aulas en la Comunidad Valenciana. La Conselleria constató el año pasado 228 casos de ciberacoso frente a los 70 del año anterior, y 86 casos confirmados de acoso escolar frente a los 43 de 2014. Los expedientes de violencia en las aulas se duplican pero los centros siguen creyendo que reconocer el problema supone un desprestigio, y muchos padres achacan estas conductas a cosas de niños.

El aumento y la gravedad de los casos, sin embargo, ha provocado que, en solo dos meses, hayan sido expulsados de su instituto en la ciudad de Alicante medio centenar de alumnos tal como publicó este diario (INFORMACIÓN 23 de enero). Además, los centros y la administración van aumentando su vigilancia y adoptando medidas educativas para acabar con esta lacra que, sin embargo, parece ir en aumento con las redes sociales. Las familias por su parte, son fundamentales a la hora de transmitir a los niños el rechazo a este tipo de prácticas abusivas.

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