El reloj del Ayuntamiento vuelve a entonar el himno de la ciudad. Hace semanas que los primeros acordes dejaron de oírse justo después de que las agujas marcasen la hora en punto y sonaran la campanadas, algo que llamó la atención de algunos ciudadanos. Ayer, un relojero especializado de Murcia comprobó in situ que la maquinaria se había desprogramado y lo atribuyó a algún problema eléctrico, como una subida de tensión.
Y es que, aunque las campanas que dan los cuartos y la hora así como la esfera son muy antiguas -en una de las campanas se puede ver una inscripción de 1699- no lo es tanto la maquinaria de la que dependen. La antigua se trasladó al Castillo de Santa Bárbara y en su lugar se instaló hace años un centro de mando, con dos ordenadores que controlan tanto las agujas como la melodía que emite el reloj. Una tecnología que también envejece y falla. Y eso que está conectada por señal de radio con una antena ubicada en Frankfurt (Alemania) que transmite la hora oficial de Europa y permite que se autoajuste. Algo que las tecnologías más modernas ya hacen mediante GPS y no mediante una señal de radio.
Los dos ordenadores -el que regula las agujas y el de la melodía- presentaban un desfase al marcar la hora de 18 segundos, pero ese no era el problema que enmudeció al reloj del Ayuntamiento. Lo que ocurrió es que se desprogramó el sistema de las melodías, cuyo último registro era del 7 de enero, después de que en Navidad estuviera entonando el villancico Noche de Paz.
Tras realizar varias pruebas, que pudieron descolocar a algún ciudadano por el toque a deshoras de las campanadas o el himno, el relojero especializado volvió a programar el ordenador de las melodías. Así, el reloj volvió a entonar el himno de Alicante a partir de las once de la mañana. Y lo hará cada hora en punto entre las nueve de la mañana y las tres de la tarde así como entre las cinco de la tarde y las diez de la noche, respetando las horas de siesta y la noche para procurar el descanso de los vecinos que años atrás llevaron sus quejas por este sonido hasta el Síndic.
El relojero especializado, Mariano Aguilar, explica que las agujas también han sufrido un desgaste con el paso de los años provocando un «desfase» que, en el caso del reloj que da a la plaza de la Santísima Faz, era de dos minutos. A falta de un cambio de engranaje, ayer el técnico ajustó la «holgura» de las agujas para minimizarlo. Con todo, explica que es un efecto visual y que no afecta a la puntualidad de las campanadas ni del himno. «Podrían pararse y seguiría sonando», señala.
