Los vecinos de la calle Rigoberto Ferrer de Alicante están dispuestos a hacer llegar hasta Sanidad su malestar por las nubes de mosquitos que atrae la laguna de agua estancada que se forma en este punto del entorno de la estación de Renfe cada vez que llueve, que les ha obligado a instalar mosquiteras en sus casas.

Es el caso de María Esteve, quien denuncia que este problema se produce desde hace quince años en una calle a espaldas de la avenida de Aguilera, «y el Ayuntamiento se pasa la pelota, tanto los de antes como los de ahora».

Denuncia esta vecina que el problema se produce en un tramo sin edificación pero catalogado como calle, donde «no tragan los sumideros y los mosquitos se meten en casa». Añadió que en esa calle aparcan numerosos coches y que «está hecha un asquerosidad, llena de cacas de perro y es una escombrera, una zona que sólo sirve para que pinten grafitis».

Los vecinos reclaman soluciones para evitar más agua estancada cada vez que llueve en la ciudad y que se haga alguna actuación que revalorice este entorno, para lo que confían en el tripartito pese a las llamadas sin éxito hasta ahora al Ayuntamiento.