Alivio en plena sequía. El Consejo de Ministros aprobó ayer la reapertura de los pozos de sequía para obtener un caudal de 31 hm3 que paliará la grave situación que soportan los regantes del trasvase Tajo-Segura desde el cierre del acueducto para riego, el pasado noviembre. La situación comienza a ser límite y está en juego, incluso, la plantación de la cosecha del próximo verano, lo que podría tener consecuencias letales para la economía agrícola de Alicante y Murcia de la que dependen cien mil empleos.

Los 31 hm3 no satisfacen las necesidades de todo el año (360 hm3) que, a falta de que se abra el trasvase, dependen ahora mismo de los 30 hm3 que se desalarán en Torrevieja, de la compra de derechos a los regantes del Júcar (15 hm3 que se negocian desde el embalse de Alarcón) y los cerca de 50 hm3 que la Confederación quiere ceder de la cuenca del Segura con la oposición de los regadíos tradicionales. Con todos esos recursos tampoco se cubriría la demanda total, pero ayer el campo recibió con satisfacción la apertura de unos pozos -sondeos propios de la Confederación- en los que el Ministerio va a invertir 800.000 euros.

Al tratarse de una actuación de emergencia, la obra está exenta del trámite de evaluación ambiental, rigiéndose por los informes de la Confederación del Segura y del gobierno murciano. El Ejecutivo aseguró ayer, por otro lado, que en virtud de los dos decretos de sequía, vigentes hasta setiembre, lleva invertidos 50 millones de euros, la mayoría en busca de sondeos.

El complejo de embalses de Entrepeñas y Buendía almacena esta semana 341 hm3 después de haber ganado 26 hm3 en un mes de enero lluvioso en la cabecera, pero donde desde hace una semana ya no llueve. Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Tajo está entrando un hectómetro cúbico a la semana y en cuanto se llegue a los 344 hm3 se prevé que el Consejo de Ministros apruebe un envío de no más de 6 hm3, y sólo para el abastecimiento urbano

El problema que tiene la cuenca del Segura (Alicante y Murcia) es que el sector agrícola necesita unos 300 hm3 al año y la desaladora de Torrevieja sólo produce unos 30 hm3 debido a que funciona al 40% de su capacidad y en horas nocturnas donde la electricidad es más barata, porque de no ser así el precio del agua para el campo sería aún más prohibitivo.

El valor de las zonas regables por el trasvase alcanza los 330 millones de euros lo que representa el 62,18% de los ingresos que obtienen los agricultores del regadío provincial. En juego están miles de empleos y una aportación al PIB de 2.364 millones de euros al año. La superficie cultivada se mantuvo 2015 al descender únicamente un -0,2%. Ahora se contabilizan alrededor de 133.000 hectáreas cultivadas, según Asaja. El año pasado, con la sequía azotando ya de lleno al campo alicantino, las principales mermas se registraron en la superficie cultivada de naranjo (de 820 a 800 toneladas), calabaza (de 234 a 60 hectáreas), zanahoria (de 160 a 120 hectáreas), nabo (de 40 a 30 hectáreas) y manzana. Aumentó la producción de puerro (de 90 a 110 hectáreas), limón, granado, alcachofa y almendra.

Los valores positivos en los rendimientos y los kilos obtenidos por los empresarios agrícolas permitieron, por otra parte, alcanzar una mejora de la renta agraria en Alicante de un 8% respecto a 2014 (unos 341,7 millones de euros).

Sin embargo, estos datos macroeconómicos no se ven reflejados en beneficios netos reales para el agricultor/productor en origen. Las cotizaciones en el campo siguen penalizando al agricultor y ganaderos que con una estructura de mercado adversa, genera riqueza para todos los que intervienen en la cadena alimentaria, menos para sí mismos, según Asaja.