A los 124 centros escolares de nueva construcción -32 de ellos en la provincia de Alicante- presupuestados para esta legislatura con 423 millones de euros, y otras 116 actuaciones -40 en la provincia- para erradicar los barracones con 60 millones de euros más, Educación suma otros 463 colegios e institutos fruto de las peticiones de los distintos ayuntamientos pero que, a juicio del secretario autonómico, Miguel Soler, «en principio no son tan urgentes, aunque los técnicos irán a revisarlas una a una para determinar prioridades también».

No obstante, para estas otras obras que en el caso de que así lo consideren finalmente los técnicos de la conselleria se llevarán a cabo simultáneamente, no hay un presupuesto oficial consignado.

«Se harán a medida que se tengan suficientes recursos para llevarlas a cabo, ya que la infrafinanciación a la que estamos abocados no permite contar con los suficientes recursos como para asegurar que todas las reformas estarán hechas en un margen de cuatro años», concretan desde la Conselleria de Educación.

Sostienen desde el departamento que dirige Vicent Marzà que se trata de reformas en edificios escolares que «no suponen un riesgo en el funcionamiento diario del centro», de ahí que no se tachen de urgentes y no se hayan incluido ni entre los grandes centros a construir ni en las actuaciones puntuales para erradicar los barracones, como ha sucedido con algunos colegios que reclamó el Ayuntamiento de Alicante.

Mantenimiento

«Estamos trabajando en coordinación con los ayuntamientos afectados porque se trata de reformas muy diversas que tienen relación directa con el mantenimiento de las instalaciones escolares», sopesan los responsables de la conselleria, que insisten en que «no suponen riesgos pero hay que hay que afrontarlas para evitar situaciones como las que se ha encontrado el actual gobierno de la Generalitat».

Esta declaración de intenciones va dirigida al Ayuntamiento de Alicante, que se quejó por boca de la edil Gloria Vara, aunque ayer la concejala de Educación matizó las críticas por entender que sí «están las más urgentes».