Los estudiantes alternan en sus prácticas el laboratorio de Botánica con el de Zoología. Celeste Pérez, la profesora, quiere promocionar la Biología entre ellos y el morbo de visualizar ejemplares peligrosos como serpientes, tiburones o medusas contribuye, sin duda, a motivarles. En el campo mejor que no los toquen, pero bajo la lupa aprenden a identificarles por sus escamas y tamaños. Carlos y Jesús han salido victoriosos y acaban haciéndose selfis con el tiburón.