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Isabel Cerdán

«Que haya policías en los institutos habla del fracaso de la escuela en transmitir los límites»

«La presencia del adulto es muy importante y hay que jugársela», opina la experta

Isabel Cerdán momentos antes de su conferencia sobre los límites rafa arjones

La Asociación Análisis Freudiano inició ayer en la sede de la Universidad «Ciudad de Alicante» un ciclo de conferencias para abordar problemas de calado en las instituciones educativas. La psicoanalista y pedagoga Isabel Cerdán puso sobre la mesa el difícil equilibrio entre los límites y la libertad de acción.

¿Qué propone a los educadores en la complicada tarea de controlar sin someter?

Lo fundamental es conocernos a nosotros mismos porque si te conoces a ti mismo puedes saber lo que le pasa al otro, pero no hay recetas. Se trata de encontrar el equilibrio entre prohibir y dejar hacer porque hay que poner límites, pero hay también un mundo que empuja por otro lado y hay que dejar que salga el sujeto, no simplemente someter. Junto a la prohibición hacen faltan vías de escape y es fundamental la palabra, que puede posibilitar que salga el conflicto.

¿Podría poner un ejemplo gráfico?

Cosas que pasan entre niños de siete años, como que un grupo de ellos haga una fiesta en el patio porque una niña a la que marginan no ha ido ese día al colegio. Hay que poner límite a estas cosas pero sin ser radical, dando la posibilidad de pensar qué es lo que pasa, debe circular la palabra y hay que implicarse. La presencia del adulto es muy importante y hay que jugársela

¿A qué se refiere?

A lo que denominamos técnicamente interpasividad. El hecho de hacer muchas cosas en la escuela a veces frena el pensamiento. Abrumar a trabajos y deberes no permite avanzar porque no se da entrada a lo particular y subjetivo de cada uno.

Qué revolucionario. Cambiaría la escuela de arriba abajo.

Hay que buscar que los niños no queden fijados en un solo discurso cerrado y posibilitar que salga el conflicto. El hecho de que cada instituto de Petrer tenga dos policías es seguramente una conquista, pero también habla del fracaso de la escuela -en términos generales- porque significa que la ley simbólica no se transmitido y que hace falta la presencia física para poner el límite. Es señal del abandono de los adultos que a veces estamos sin estar y fallamos en transmitir la ley interna.

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