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Vidas cada vez más largas

Llanos Moya alcanza los 102 años escribiendo versos y Asunción Bernal los 100 rodeada de los suyos

Asunción Bernal Sánchez, con sus hijas y el equipo médico del centro de salud de Campoamor. informaciÓN

Llegar a los cien años parece difícil pero cada vez son más los alicantinos que lo consiguen, sobre todo mujeres. Es el caso de Llanos Moya Montero. Ella ha rebasado esa frontera y este martes cumplió 102 años, efeméride que celebró rodeada de hijos y nietos, que volverán a reunirse el sábado en su honor. Llanos, a la que este diario entrevistó con motivo de su centenario, sigue al pie del cañón, escribiendo versos que le vienen a la cabeza cuando se levanta por la mañana, tras superar un bache de salud por el que estuvo «muy malita» el año pasado, según cuenta su nieta Pilar Cañavate.

Tras recuperarse, «su cabeza sigue superbien y se acuerda de todo», y aunque sale poco a la calle por problemas de movilidad, sigue bajando ella sola, con la ayuda de un andador, a la peluquería del barrio a peinarse y ponerse guapa. Como contó ella misma con motivo de su centenario, es alicantina de adopción puesto que nació en 1914 en Mahora (Albacete), y escribe poesías pese a que apenas fue al colegio, es decir, ES una escritora autodidacta. Hasta entonces vivía sola y limpiaba ella misma su casa, gracias a una gran fortaleza de salud pese a que se pasó la vida trabajando en el campo, en casas de «señoritos», según contó, en un bar y en una casa de huéspedes. Tuvo cuatro hijos.

Al grupo de centenarias alicantinas se sumó la pasada Navidad Asunción Bernal Sánchez, que vive en la calle Poeta Zorrilla gracias a la ayuda de sus tres hijos y a la supervisión del equipo médico del centro de salud de Campoamor que la atiende habitualmente. El médico y el enfermero acudieron a su domicilio el mismo día de su cumpleaños, el 22 de diciembre, a compartir con ella la celebración.

«Ella está en su casa, con sus hijos y muy atendida. Nosotros le prestamos el apoyo médico y de enfermería. De esta forma hay personas que pueden llegar a los cien años viviendo en su casa», explica el enfermero, Juan Serna.

El equipo médico acude al domicilio «periódicamente y cuando nos llaman, prestándole (a ella como a otras personas mayores) cuidados continuos para que se vean asistidos». En el caso de Asunción Bernal, tiene achaques de salud propios de la edad aunque, relató el enfermero, «conoce a la familia, te saluda, y dice sí o no a las cosas cuando se le pregunta».

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