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El Casco Antiguo recurrirá a colegios profesionales para cumplir sus reivindicaciones

Los residentes elaboran un libro y buscan el apoyo de entidades y de la Universidad para impulsarlo

Limpieza de los restos del botellón de la Nochevieja. isabel ramón

El casco antiguo es una de las joyas de Alicante. Sin embargo, sus vecinos consideran que hay una desconexión con la ciudad y que el Ayuntamiento «ni el de antes ni el de ahora», advierten, hace nada para resolver sus problemas. Por eso están buscando alternativas para hacer frente a diversos problemas, como el caso de las infraestructuras. Van a contar con los colegios profesionales y la Universidad, entidades a las que recurrirán para solucionar conflictos. Y su objetivo es no tener que recurrir al Consistorio, ya que sienten que hay «buenas palabras, pero pocas acciones», según reconoce el presidente de la asociación, Juan Antonio Iborra.

Los vecinos están elaborando un documento en el que plasmarán las deficiencias y necesidades que detectan. Y van a contrastarlo para ver qué ideas aportan estas entidades «factibles de realizar». Uno de los ejemplos es su intención de colaborar con el Colegio de Abogados, a quien plantearán una mediación para resolver los conflictos particulares que surgen entre bares y vecinos.

Todo surge de la iniciativa de la asociación de vecinos, que se ha refundado. Las obras del aparcamiento del Portón hicieron renacer la entidad. Muchos vecinos tenían quejas y acabaron derivándolas a la antigua presidenta de la asociación de vecinos, María Dolores Peretó. De nuevo surgió la necesidad de exigir y mejorar el barrio en el que viven y, como en una gran tormenta de ideas, todas las entidades del casco antiguo decidieron unirse para trabajar en común.

La asociación cuenta con todas las entidades que trabajan en el barrio y ahora la componen la Hermandad y el Patronato de la Santa Cruz, la Hoguera Puente Villavieja, la comisión de Fiestas de San Roque y la Cofradía de San Roque. «Nos hemos unido todos para defender el Casco Antiguo», explica Peretó, vocal de la entidad.

Un camarero, un hostelero

Uno de sus objetivos es valerse de la experiencia y la profesión de los miembros que componen la entidad para analizar de forma objetiva los problemas y necesidades del barrio en áreas temáticas. Así se han creado comisiones de trabajo de tráfico y seguridad, de infraestructuras, de hostelería, de comercio y de infraestructuras.

La entidad tiene una nueva orientación. Trabajar por mejorar el lugar en el que viven y depender lo imprescindible del Ayuntamiento. Están decepcionados. «Nos dijeron que había una política de puertas abiertas pero no está siendo así», declara Iborra. Y por eso han comenzado a elaborar lo que llaman un libro blanco, un documento en el que incluyen las deficiencias que detectan y las reivindicaciones que tienen los vecinos respecto a ellos. «Es un análisis del barrio desde dentro y hecho por gente que lo conoce; hemos decidido recoger las ideas, por muy exageradas que parezcan, para que desde los colectivos digamos cómo nos gustaría que sea este Casco Histórico», cuenta el presidente de la asociación.

Un guardia civil en el retiro se encarga del análisis de la seguridad ciudadana y la vigilancia en el Casco Antiguo; y un hostelero es el encargado de analizar los bares y pubs en el barrio, uno de los caballos de batalla durante años, así como la imagen exterior, actualmente «caótica», con un estudio de uniformidad que, por otro lado, exige la ordenanza municipal.

«Nada más tomar posesión el cuatripartito nos reunimos, nos dieron la razón pero al final no se cumple lo que dicen», cuenta Iborra. Y explica como ejemplo que hablaron de la necesidad de incrementar la vigilancia en el tardeo: «se llevan las manos a la cabeza de las cosas que les decimos que pasan pero al final no hacen nada».

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