¿Quién nos iba a decir que la experiencia de ser Reyes Magos iba a finalizar de esta manera? Nuestra ciudad no merece ser noticia nacional por una visita casual de los Reyes Magos a niños en particular. No nos gusta ver el nombre de Alicante si no es para ensalzar sus valores, sus playas, su clima, su gastronomía o sus fiestas, por ejemplo. Tiene nuestra ciudad un encanto especial que no necesita de publicidades absurdas, de políticas baratas, de batallas mediáticas. No nos gusta que se hable de los hijos de nadie. Ni nos gusta ahora, ni nos gustaba antes. No sabemos si nuestra actuación fue inoportuna, si estuvo bien o estuvo mal. Nos pilló de paso entre otras visitas y personalmente nos quedamos con las caras ilusionadas de los niños (en este caso niñas) que visitamos el pasado día 6 de enero. Asombradas por la inesperada visita de Los Reyes Magos. ¿Era tan malo hacerlas felices?

Porque queremos que quede claro que el motivo de la polémica visita era agasajar a las más pequeñas, sin ánimo de ofender, y convencidos de ilusionar. Nunca pensamos que una imagen valdría tantas palabras malsonantes. Y fuimos pensando que «es de bien nacidos el ser agradecidos», y además sin coste alguno, y nunca con intención de generar polémica. Y menos de publicitarla. Tan sólo quisimos cumplir con el papel de Sus Majestades de Oriente. Nos hubiera gustado que todo esto se hubiera mantenido en el anonimato, y más aún después de ver la repercusión mediática. Pero no ha sido así. Y por eso, como alicantinos, como representantes de colectivos, queremos pedir disculpas a la ciudad. Porque algo que se hizo por bien, ha acabado mal.

Nos quedamos con lo bueno. Con la experiencia que nos invitó a ver felicidad en los rostros de la niñez, la alegría sorprendente de los «peques». Queremos manifestar un sincero agradecimiento a todas las personas que nos han brindado su apoyo en esta odisea. Como también hemos de agradecer a la Concejalía de Fiestas, a su concejal y alcalde, a su responsable asesor y a todo el personal que la forma, por la libertad de actuación; por la gran Cabalgata que presenciamos y por las palabras sinceras. Esperamos que finalice pronto esta polémica, y que los niños sigan creyendo en S.S.M.M. los Reyes Magos, porque no merecen esto.

Nuestras disculpas a los ofendidos, y nuestro respeto para todos, y nuestro cariño a los niños, sean de quien sean.