«Sabemos que esta noche va a ser muy, pero que muy larga, para vuestros reyes y los pajes reales. Trabajaremos duro para intentar cumplir todos vuestros deseos». Con este mensaje a los niños alicantinos del rey Melchor, encarnado por el presidente de las Hogueras, Manuel Jiménez, desde los balcones del Ayuntamiento, culminó una Cabalgata de lo más tradicional, puesto que los nanos i gegants abrieron por primera vez el desfile por el centro Cabalgata sustituyendo a los motoristas de la Policía Local.

La Cabalgata recuperó colores de antaño con el lanzamiento de regalos por parte de los Reyes Magos, algo que se eliminó en los últimos años. Melchor, sobre una carroza con una escalinata hacia el cielo; Gaspar, a bordo de un palacete de Oriente; y Baltasar, en lo más alto de un decorado muy étnico, inspirado en el desierto, saludaron a los niños y tiraron juguetes que iban en carrozas de apoyo. En total, en todo el recorrido, Sus Majestades y las firmas comerciales repartieron más de 50.000 juguetes. Otras representaciones, como La Castañera o el rey Herodes, distribuyeron 2.500 bolsas de castañas y 11.000 monedas de chocolate, y hubo también reparto de caramelos.

El desfile salió metros antes de la plaza de Luceros, que entraba entera en el recorrido y que estaba repleta de familias con niños llenos de sueños, por ello fue vigilado por 70 agentes de la Policía Local, 30 efectivos de Protección Civil y 225 voluntarios de entidades festivas.

Los Magos entraron en Alicante en una lancha de la Guardia Civil que llegó a las Escalinatas de la Reina, en el muelle de Levante. Se dirigieron a la plaza de toros a saludar a los niños y de ahí a Luceros. Se dejaron ver en una noche de música en directo, abandonándose la enlatada de los años de la crisis, puesto que participaron seis agrupaciones completas y seis charangas. Los niños se deleitaron con los personajes de animación y gran tamaño, como Darth Vader, los Miniums. Bob Esponja o Mario Bros mientras pasaban los Reyes en sus carrozas, las más esperadas de las dieciocho que ayer participaron en un desfile que ha costado al Ayuntamiento 40.000 euros.

Algunos barrios recibieron la visita de sus Majestades. Los ediles Natxo Bellido y José Luis Cifuentes encarnaron a dos de los monarcas de Villafranqueza y en San Blas el capitán moro, Francisco Bernabé, jefe de sección de este diario, fue el rey Baltasar. El capitán cristiano Melchor García hizo de Melchor y el triatleta Isaac López de Gaspar. Repartieron 3.000 juguetes.