Ante la inminente caducidad de los permisos de cientos de veladores el 31 de diciembre y el temor a las multas a partir del 1 enero, la avalancha de hosteleros volvió a colapsar ayer las oficinas de Ocupación de la Vía Pública. Aunque en las últimas dos semanas han sido habituales las colas para renovar las autorizaciones, en la jornada de ayer (penúltimo día de atención al público antes de Nochevieja) la avalancha fue mayor, con colas desde las ocho de la mañana a las puertas del Ayuntamiento a la espera de que se abriera la atención al público a las diez.
Desde Ocupación de la Vía Pública área que dirige el vicealcalde Miguel Ángel Pavón indicaron que, entre ayer y hoy, prevén resolver todas las peticiones de renovación de los permisos registradas dentro del plazo legal, que finalizó en octubre, y los solicitados hasta el diez de noviembre, algo que ponen en cuestión los hosteleros, que temen que el día 1 de enero la Policía Local les pueda multar por no tener renovado el permiso del velador a consecuencia del retraso en la gestión municipal. Desde Ocupación de Vía Pública sostienen que, en caso de que no se renueve algún permiso por causa atribuible al Ayuntamiento, «se tendrá en cuenta», aunque incidieron en que «esperamos llegar» a la renovación «de todas las solicitudes».
Los hosteleros, que ayer realizaron colas de más de tres horas, se quejaron de la desorganización, el retraso en la gestión municipal para renovar unos permisos que, en algunos casos, solicitaron hace más de dos meses y que, consideran, debería de ser algo automático. A las once y media de la mañana de ayer ya se habían repartido 93 números a hosteleros que acudían a recoger su carta de pago para pagar la tasa de renovación o para recoger el cartón con la autorización. Cinco funcionarios, desbordados por la avalancha, atendían a los hosteleros. Hoy volverán a hacerlo.
