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Cambio de pancartas en el horizonte

El sector de la enseñanza concertada calienta motores al sentirse perjudicados con los cambios que se avecinan

«Estamos esperando a que se quite la primera aula entre las concertadas para que los padres con hijos matriculados en estos centros se den cuenta de lo que nos espera al sector». Julia María Llopis, presidenta del colectivo, está convencida de que «hasta que no les toque directamente, no ven venir el peligro». El blindaje de las aulas concertadas en los niveles de Primaria y Secundaria parará el golpe, analiza, pero la política del nuevo Consell apunta a que «la planificación escolar irá por delante de la demanda de los padres, y se forzará a cubrir los centros públicos antes que atender la elección por la concertada».

Frente a la postura que defiende un ahorro a las arcas públicas a partir de la supresión de conciertos, especialmente en niveles no obligatorios de la enseñanza de 3 a 5 años y a partir de Bachillerato, Llopis sostiene que «lo que habría que preguntarse es por qué esas aulas de centros públicos están vacías y cerradas y los padres demandan la concertada».

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