Las redes que desde abril cubren parte de la fachada principal del Mercado Central podrían desaparecer a lo largo de 2016. El Ayuntamiento de Alicante ha comenzado a realizar catas y está elaborando un informe sobre el alcance del deterioro y las grietas que presenta este edificio protegido, al que cada día acuden cientos de personas a realizar sus compras. El objetivo del informe que redactan los arquitectos municipales es elaborar un proyecto para la reparación integral de las fisuras y los daños de la fachada, para lo que hay previsto invertir 200.000 euros.
El presupuesto municipal, pendiente de aprobación, reserva una partida para ello, aunque la supedita al dinero que sobre tras liquidar el presupuesto de 2015. De ahí que el equipo de gobierno no pueda disponer de esa partida hasta, aproximadamente, primavera. Desde las áreas de Comercio y Mantenimiento dirigidas por el alcalde, Gabriel Echávarri, y la edil Gloria Vara pretenden sacar a licitación las obras en abril. No obstante, no se iniciarían hasta mediados de agosto y durarían alrededor de tres meses.
La fecha se ha seleccionado tras consultar con la asociación de concesionarios de mercados municipales, teniendo en cuenta «que la coincidencia con el inicio del curso escolar hace que la afluencia de clientes al Mercado Central disminuya por los gastos escolares y se produzcan menos incidencias en la atención al cliente», como explica el asesor de la Concejalía de Comercio Pedro de Gea.
Este último indica que las catas en la fachada principal (en Alfonso el Sabio) y en la trasera (plaza del 25 de Mayo) se realizaron hace unas semanas con el fin de que los arquitectos municipales elaboren un informe en el que se conozca el alcance de los daños y se redacte el proyecto. Desde el equipo de gobierno aseguran que no será una reparación parcial ni un parche.
La última vez que se realizó una reforma integral del Mercado Central fue hace veinte años. El edificio, con casi un siglo de vida, ha ido deteriorándose con el paso del tiempo y la falta de mantenimiento hasta el punto de que en abril la caída de cascotes obligó a colocar una malla. La red envuelve la cubierta para garantizar la seguridad ante el riesgo de desprendimientos. Un contratiempo que se suma a las fisuras detectadas por los técnicos municipales en 2014.
Un informe realizado en mayo por los técnicos municipales detectó grietas y desprendimientos generalizados en las cornisas de la fachada principal, así como en molduras y otros elementos decorativos. También se advertía del elevado riesgo de rotura y caída de los elementos cubiertos por la malla. Igualmente se detectaron desprendimientos del mortero en el cerramiento de la fachada, roturas y grietas en el ladrillo de caravista y en el mosaico existente sobre la puerta principal.
Se trata de un deterioro importante del que los comerciantes vienen advirtiendo hace tiempo. Desde el equipo de gobierno sostienen que «tras valorar las opiniones de los técnicos se ha decidido no realizar reparaciones parciales y hacer un informe integral sobre la conservación del edificio del Mercado Central». Al respecto, sostienen que la intención del alcalde es «potenciar este edificio como destino turístico comercial y que sea un referente provincial de compras, productos frescos y calidad».
