¿Por qué interviene el forense en casos de muerte súbita?

Para que una persona pueda ser enterrada hace falta un certificado médico de defunción y si no hay un médico que acredite la causa de la muerte pasa al forense, que es el último eslabón.

¿Es fácil determinar el origen del fallecimiento cuando se produce una muerte súbita?

Directamente no es sencillo. Es una tarea que conlleva una serie de estudios, primero a microscopio y luego genéticos para ver si hay condicionantes familiares. Es algo que lleva tiempo y requiere de la autorización de la familia para hacer determinadas pruebas. En muchos casos el origen del fallecimiento se puede determinar, a no ser que haya una canalopatía.

¿Aceptan las familias de buen grado someterse a estudios para evaluar el riesgo de muerte súbita?

Sí, a veces te preguntan si eso va a suponer un coste económico. Pero cuando les dices que no y les explicas la importancia de este control, el 90% de las familias se ponen a nuestra disposición y luego en la de los cardiólogos.

¿Son muy habituales los casos de muerte súbita en lactantes?

No son muy frecuentes y en esos casos a la familia le cuesta más porque el shock es muy fuerte.