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Un estudio atribuye a la sequía y no a los insectos la muerte de los pinares

El Centro de Estudios Ambientales anticipa que el calentamiento global traerá nuevas mortandades

Una investigación realizada por el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo sugiere que son la sequía y el estrés hídrico provocado en las plantas y no el ataque de perforadores del género Tomicus los responsables principales de la muerte de miles de pinos en la Comunidad Valenciana.

Los investigadores advierten sobre futuras mortalidades por las modificaciones que se están produciendo en el clima y las que se esperan en los próximos años en los ecosistemas mediterráneos debido al calentamiento global.

El estudio, publicado en la revista «Trees. Structure and Function», de la prestigiosa editorial Springer, ha sido realizado por Juan Antonio Alloza, Raquel García de la Serrana y Alberto Vilagrosa, de la Fundación CEAM. Entre sus conclusiones figura la de que existen «una asociación directa entre la mortalidad de los pinos y las graves condiciones de sequía que se dieron entre 2014 y el inicio de 2015».

La sequía y no los perforadores del pino sería la principal responsable de la elevada mortalidad detectada en los pinares de Pinus halepensis en toda la Comunidad Valenciana, donde existen intervenciones obligatorias para «sanear» la masa forestal en al menos 120 municipios.

Los firmantes del trabajo sostienen que los perforadores de la corteza no parecen estar directamente involucrados en la mortalidad, al menos en algunas de las zonas donde se han detectado miles de ejemplares muertos. Aseguran que los perforadores deben considerarse «un factor de vulnerabilidad adicional» que eleva las posibilidades de la muerte del pino, pero no el autor directo de la muerte.

El factor más decisivo en la elevada mortalidad del sistema sería un cavitación del xylema, una embolia que obstruye los conductos por los que la planta transporta agua, sales minerales y otros nutrientes desde la raíz hasta las hojas de las plantas provocando su muerte

Otros factores esenciales en la crisis que ha llevado a miles de plantas a la muerte ha sido el estrés hídrico y la imposibilidad de la planta de aprovechar sus reservas de carbohidratos, causas que se solapan y mezclan entre sí y en las que resulta difícil, según el estudio, discernir el peso de cada una de ellas en la gran mortalidad detectada.

Extinción

El estudio realizado sobre pinares de Orihuela, San Juan, Albatera y Catí, concluye que el clima semiárido supone la principal condición limitante para el Pinus halepensis, mayoritario en la Comunidad Valenciana, que sufriría un alto riesgo de sufrir futuros «eventos de mortalidad» debido a la variación climática que se espera en los próximos años.

Según la investigación, en la zona de Orihuela donde la sequía fue más intensa, la tasa de mortalidad en los pinares fue del 90% mientras en Albatera, se situó en torno al 20% y en un 10% en los pinares de San Juan.

Los autores del trabajo recuerdan que los modelos aplicados al cambio climático anticipan un aumento de la temperatura y menor precipitación anual, lo que va a generar un entorno mas cálido y seco para la plantas que afectará «gravemente» a los ecosistemas forestales.

Inicialmente y salvo que se produzca una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero se estiman aumentos de hasta 4,3 grados en las temperaturas y un descenso en las precipitaciones.

En el futuro habrá menos disponibilidad de agua en el suelo, con ambientes cada vez «más cálidos y secos» . Pero los cambios no solo indican un aumento en la temperatura media , sino que también implicarán «una mayor frecuencia de sequías y de su intensidad».

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