«Estimados jóvenes: os rogamos bajéis el tono de voz en la calle para facilitar la convivencia y el respecto al descanso nocturno de los vecinos. Nada como una buena conversación en un tono en el que todos nos entendamos». Éste y otros mensajes apelando al derecho al descanso empapelan las paredes de buena parte del Casco Antiguo, cuyos vecinos, hartos de los ruidos en la calle ante la proliferación, también en este punto de la ciudad, de veladores y en general de diversas formas de ocio al aire libre, lo intentan esta vez con carteles explícitos que esperan que calen más hondo que las protestas, las llamadas a la policía o las patrullas urbanas que en alguna ocasión se han planteado.

Esta ofensiva, al estilo de otras ciudades españolas como Madrid y Barcelona, donde es habitual que los vecinos se expresen con escritos espontáneos, sobre todo en los barrios más bohemios, coincide con las negociaciones sobre veladores entre Ayuntamiento y hosteleros. El gobierno local quiere poner coto a la proliferación de mesas en las calles tras las quejas vecinales, sobre todo en el centro histórico y el Casco Antiguo, y los segundos defienden sus intereses con una frontal oposición a los recortes diseñados por el edil de Ocupación de Vía Pública, Miguel Ángel Pavón, del que han conseguido que modere la reducción de mesas en algunos puntos.

«Es una iniciativa libre del vecindario, que empezó a poner los carteles hace un mes. Son explícitos en sí mismos. En todas las grandes capitales hay filósofos y poetas, personas que se expresan a través de escritos en las calles, es un medio de expresión necesario en determinados lugares. Hay una enorme tradición de estas cosas en ciudades como Roma, donde en una plaza hay una columna desde la época de los romanos en la que la gente coloca pasquines. Aquí en Alicante esa expresión libre incita al civismo y la convivencia, a ver si tienen resultado», explicó José María Morán, de la asociación de vecinos Laderas del Benacantil. Ya hace dos años los vecinos de la zona sacaron a la calle su protesta por la contaminación acústica a causa de la elevada concentración de locales de ocio y terrazas, haciendo visible su guerra contra el ruido con pancartas en las que reclamaban la declaración del Barrio como zona acústicamente saturada, una demanda que no abandonan.

También los locales de ocio han realizado iniciativas similares, con la colocación de carteles en sus puertas instando a sus clientes a respetar el descanso de los vecinos con la leyenda «La fiesta está dentro del local». Sea como sea, los vecinos siguen con sus reivindicaciones. «El tema de los veladores está muy caliente. Es momento de aplicar las normativas, y de no dar tanta bola al tardeo», explica la presidenta de la asociación de vecinos del Casco Antiguo, María Dolores Peretó, quien recordó que ya en 1998 se colocaban carteles reclamando el derecho al descanso y pidiendo a los jóvenes que no se orinaran en sus puertas. «Tantos años después las cosas siguen igual porque si desde las administraciones públicas no se adoptan soluciones las cosas siguen igual».

Los vecinos quieren que se apliquen las ordenanzas, que haya más policía en la calle y que no se tolere tanto el botellón y el tardeo con centenares de personas en las calles que afectan al descanso de cientos de familias. «El problema no lo creamos nosotros y tampoco los bares, porque si ellos van a pedir el permiso y se lo dan...El problema está en que no tenemos clara la idea de ciudad que queremos ni adónde vamos. Hay bares que no cumplen y hacen locuras pero tienen licencia. Se trata de que la Administración haga cumplir las ordenanzas», insistió.