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Apellidos alicantinos : Amérigo

Estirpe de joyeros y pintores

Los Amérigo alicantinos descienden de dos hermanos italianos llegados hace más de tres siglos

Los dos hermanos Amérigo eran naturales de Portoferraio (isla de Elba). El menor, Juan Bautista, llegó a Alicante a principios del siglo XVIII. Se casó con Águeda Perdido, con quien tuvo tres hijos: Mariana, nacida en 1706, Rosa (1720) y Lorenzo, que se casó en 1729 con Juana Camboriano y, en segundas nupcias y siendo ya anciano, con Mariana Sopena en 1766. Del primer matrimonio, Lorenzo bautizó en la parroquia de San Nicolás, entre 1731 y 1750, a doce hijos. Del segundo matrimonio tuvo únicamente uno, nacido en 1767.

Domingo, el hermano mayor de Juan Bautista, arribó a Alicante antes que éste: a finales del siglo XVII. Casado en primeras nupcias con Ana María Payá, tuvo dos hijos: Bartolomé, nacido en 1691, y María Catalina (1694).

El primer platero de la dinastía

Bartolomé Amérigo Payá fue el primer platero y joyero de la dinastía, del que se tiene constancia. En 1710 trabajaba en la orfebrería de Francisco Pagán y a los 23 años se examinó y obtuvo en Valencia el título de Maestro de Plata de Ciudad y del Reino.

En 1720 abrió su propio taller orfebre en la calle Mayor alicantina, donde realizó numerosos trabajos por encargo, sobre todo con objetos litúrgicos para la colegial de San Nicolás. Llegó a tener cuatro aprendices.

Se casó con Vicenta Fernández en 1721, con quien tuvo un hijo al año siguiente, José. Tras enviudar se volvió a casar en 1728 con Vicenta Campos, con quien tuvo (entre 1729 y 1752) once hijos, algunos de los cuales no llegaron a edad adulta.

Bartolomé Amérigo Campos, nacido en 1739, fue también platero; se desposó con María Teresa Martínez y tuvo una hija, Vicenta (1761). Su hermano Tomás, nacido en 1741, se casó dos veces, primero con Francisca de Rojas, y la segunda, en 1771, con Francisca Roselló, con quien tuvo una hija, Vicenta (1778). Por último, Francisco Amérigo Campos, nacido en 1749, se casó en 1771 con Josefa Campos, con quien tuvo al menos 14 hijos entre 1773 y 1798.

Como podemos ver, del tronco familiar de los Amérigo alicantinos pronto empezaron a crecer numerosas ramas que fueron a su vez dividiéndose a lo largo del Setecientos.

Amérigo-López

Pero regresemos ahora al patriarca Domingo, padre del primer platero Amérigo alicantino:

Tras enviudar de su primera esposa, se casó en segundas nupcias con María López en 1702. Bautizaron a diez hijos entre 1703 y 1725, pero solo seguiremos la línea sucesoria de dos.

Amérigo-Aragonés

El mayor de los Amérigo López, José Carlos, nacido en 1703, se casó a los 31 años con Manuela Aragonés. Entre 1736 y 1777 bautizaron a 14 hijos, aunque no todos superaron la infancia.

Domingo Amérigo Aragonés, nacido en 1737, se casó con Micaela Moyá y tuvieron, entre 1770 y 1782, cinco hijos. Su hermano Fernando se desposó en 1771 con Francisca Jover, pero no tuvieron descendencia. Otro hermano, Manuel, nacido en 1747, se casó en primeras nupcias con Josefa Galbis y en segundas con Magdalena Gozálbez, en 1789; solo tuvo descendencia con la primera: Francisca (bautizada en 1783), Antonia (1784) y Manuel Amérigo Galbis (1785). Por último, Francisco, el benjamín de los Amérigo Aragonés, nacido en 1756, se casó en 1777 con Francisca Santa y tuvo un solo vástago: Buenaventura, bautizado en 1787.

Amérigo-Ortiza

Conozcamos ahora la descendencia de otro de los hijos del patriarca Domingo: Agustín Amérigo López, cuyo linaje seguiremos hasta la actualidad. Casado en 1762 con Vicenta Ortiza, entre 1763 y 1783 bautizaron en San Nicolás a 14 hijos, tres de ellos con el mismo nombre: Agustín, lo que evidencia la alta mortandad infantil que había entonces y el insistente deseo de los padres por asegurar la pervivencia de este nombre en su descendencia.

El tercer Agustín Amérigo Ortiza, nacido en 1778, se casó a los 20 años de edad con Ignacia Carreras Amérigo, naciendo el 1 de febrero de 1799 su primogénito, al que por supuesto llamaron también Agustín.

Vicenta Amérigo Ortiza se casó con Mariano Carreras Amérigo, hermano de su cuñada Ignacia. Tuvieron al menos tres hijos: Manuel (1794), Ignacio (1796) y Rosario (1798).

Luis Amérigo Ortiza, nacido en 1782, se casó con Antonia Pallarés. Tuvieron un hijo en 1802, José Baltasar, pero nació en Valencia, donde continuó el linaje, por lo que abandonaremos aquí esta rama.

Por último, Tomás Amérigo Ortiza, nacido en 1769, contrajo matrimonio en la colegiata con Ramona Morales en 1792. Entre 1794 y 1807 bautizaron a siete hijos.

Manuel Carreras Amérigo

Primogénito de Mariano Carreras Amérigo y Vicenta Amérigo Ortiza, Manuel era bisnieto del patriarca Domingo.

Nació a las once de la mañana del 31 de julio de 1794 y fue bautizado al día siguiente en la colegial de San Nicolás.

Elegido alcalde de Alicante dos veces, en 1839 y 1854, también fue diputado provincial en 1836 y oficial de la Milicia Nacional.

Comerciante y contribuyente, fue cónsul del Tribunal de Comercio en 1830 y vocal de la Junta de Comercio en 1832 y 1833.

Fue uno de los promotores del proyecto del ferrocarril Almansa-Alicante en 1843, que fue retrasado a causa de la rebelión de 1844, cuando los progresistas alicantinos, encabezados por Pantaleón Boné y él mismo, se sublevaron contra el Gobierno moderado. A diferencia de Boné y demás Mártires de la Libertad que acabaron siendo fusilados en el malecón alicantino el 8 de marzo de 1844, Manuel Carreras Amérigo logró huir por el puerto, exiliándose en Argelia.

De regreso a Alicante, en 1848 fue arrestado y encarcelado en el castillo de Santa Bárbara por intentar prender en la provincia la revolución que en aquel año se extendía por media Europa. Sufrió destierro en Filipinas, tras serle conmutada la pena de muerte que le fue sentenciada en consejo de guerra.

Regresó enfermo de malaria y arruinado en 1852. Durante el bienio progresista (1854-1855) fue nombrado director de la fábrica de tabacos y elegido alcalde, pero hubo de dimitir a causa de su mal estado de salud.

Casado con Juana Bellón Laviña, tuvo ocho hijos. Hasta poco antes de morir, vivieron en una casa que tenía entradas por las calles San Francisco y Balseta (actual Médico Manero Mollá).

Falleció a las cinco de la mañana del 25 de julio de 1855 y fue enterrado en el cementerio de San Blas. Cuando a mediados del siglo pasado fue cerrado este cementerio, sus restos se perdieron al no ser trasladados al nuevo camposanto, a pesar de la advertencia que un articulista de la época hizo en este mismo periódico.

Amérigo-Morales

Francisco, el antepenúltimo hijo de Tomás Amérigo Ortiza y Ramona Morales, nacido en 1801, se casó con Petra Aparici y se fue a vivir a Madrid, si bien su hijo nació en Valencia el 2 de junio de 1842. Francisco Javier Amérigo Aparici fue un celebrado pintor que vivió algunos años en Roma.

El penúltimo, Ramón Amérigo Morales, nació en 1806. Estudió pintura en el Consulado de Alicante y en Valencia, antes de hacer un largo viaje por Italia. A partir de su regreso en 1860 pintó infinidad de cuadros y estampaciones litográficas. Murió en 1884.

José Gabriel Amérigo Morales

Nació el 18 de marzo de 1807. Viajó muy joven a América, conociendo a la que sería su esposa en Cuba.

Josefa Magdalena Rouviere Giraud había nacido el 12 de mayo de 1811 en Savannah, Georgia. Era hija de un matrimonio francés que había llegado a América a principio de siglo y que se instaló definitivamente en Matanzas, Cuba, en 1918, donde compraron unas tierras y fundaron poco después el cafetal La Dionisia.

El matrimonio Rouviere murió en junio de 1834 y, aunque todos sus bienes pasaron al mayor de sus ocho hijos, éste traspasó el cafetal a Josefa Magdalena y a otros dos hermanos en 1836. Poco después debieron conocerse José Gabriel Amérigo y Josefa Magdalena, puesto que su primera hija, Josefa, fue bautizada en la parroquia San Carlos Borromeo de Matanzas en 1839. Dos años después nació el segundo vástago, Federico.

La caída del precio del café durante la década de 1840 mermó la fortuna de los Rouviere, quienes transformaron el cafetal en un potrero.

José Gabriel decidió regresar a Alicante con su familia en 1847. Por esas mismas fechas su esposa dio a luz a Gabriel, quien moriría con cuatro años. Se instalaron en la casa número 3 de la calle Mayor, donde nacerían sus hijos Alfredo (1851) y Victorina (1853).

El indiano Amérigo se convirtió muy pronto en un empresario de éxito. Antes de 1850 era ya uno de los principales propietarios urbanos. En 1851 el Ayuntamiento ordenó demoler el antiguo convento de los dominicos y la pequeña iglesia aledaña que había en la calle Mayor, cuyos terrenos fueron adquiridos por José Gabriel dos años después. Sobre este céntrico solar encargó al maestro de obras Vicente Pérez construir un edificio con fachadas en las calles Mayor y Princesa (hoy Rafael Altamira) y en el Portal de Elche, con un pasaje debajo que recibiría el nombre de su dueño. Amérigo ocupó con su familia los mejores pisos de este edificio y el resto los alquiló.

En mayo de 1855, aprovechó la desamortización de Madoz para comprar más terrenos urbanos y rústicos. Entre ellos la quinta El Hostaler, en La Condomina, donde fundó en 1862 una fábrica de conservas; y la finca en San Blas donde había existido en 1816 un jardín botánico, que arrendaría posteriormente para la instalación de una fábrica de cal hidráulica.

Aprovechó el derribo de las murallas y el ensanche de la ciudad para expandir aún más su negocio inmobiliario.

En el Archivo Municipal se conservan más de medio centenar de solicitudes suyas, fechadas entre 1851 y 1881, para construir o reedificar edificios en diferentes lugares de la ciudad. Por aquella época se decía que no había calle en Alicante donde el indiano Amérigo no tuviese una casa en propiedad.

Su interés por que Alicante creciera y prosperara (y con la ciudad sus propios negocios), le llevó a colaborar en la traída del ferrocarril. En febrero de 1850 ya formó parte de la comisión que se constituyó a iniciativa del entonces gobernador civil, Ramón Campoamor. Y en 1853 era miembro de la Junta Provisional de Gobierno de la «Sociedad Anónima para la construcción del ferrocarril de Alicante a Almansa».

También fue financiero: el 21 de agosto de 1858 abrió en el pasaje que llevaba su nombre una sucursal del Banco de España, que dirigió hasta 1862; y en 1877 fue nombrado miembro del Consejo de Administración de la Caja Especial de Ahorros de Alicante.

Se interesó por el abastecimiento de agua para la ciudad, un negocio muy rentable. En mayo de 1867 llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento, como presidente de la Sociedad Nuestra Señora de los Remedios, para suministrar 600.000 litros de agua diarios, y en 1872 creó otra sociedad con el mismo objetivo: Canal de Alicante.

Hizo algunas donaciones pías, como la construcción en 1859 de una capilla en la iglesia de Gracia, o para la reconstrucción de la ermita de San Roque en 1875, a cuya inauguración asistió como «Caballero Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica». En 1868 también participó en la creación de la Junta de Beneficencia para socorrer a Filipinas y Puerto Rico, que habían sufrido huracanas y terremotos.

Su ideología era conservadora. Fue elegido regidor en septiembre de 1849, solo un año después de su regreso de América, aunque renunció dos meses después, alegando que debía trasladarse a Valencia a ejercer sus funciones de cónsul de Venezuela, designación que había sido realizada por el Gobierno venezolano en 1847. Volvió a ser elegido regidor en 1851 y 1863. Fue el primer alcalde alicantino tras el Bienio Progresista (1856) y volvió a ocupar este cargo en marzo de 1875, después de la restauración monárquica. Pocos meses antes de morir fue nombrado presidente del Comité Canovista.

Enviudó el 22 de febrero de 1878 y falleció el 30 de agosto de 1884.

Amérigo-Rouviere

De los tres hijos del matrimonio José Gabriel Amérigo y Josefa Magdalena Rouviere que llegaron a edad adulta, sabemos que Josefa se casó con Fidel Curt; Federico, que abandonó la carrera diplomática para dedicarse plenamente a la pintura, se casó con Enriqueta Puccinelli; y Victorina se desposó con Juan Bautista Garriga.

Otras ramas

Cuenta el cronista Viravens que el relicario en el que se guarda la Santa Faz fue elaborado en 1829 por el platero alicantino Manuel Amérigo, lo que demuestra que la estirpe de orfebres fundada el siglo anterior por Bartolomé, el hijo del patriarca Domingo, pervivía en el XIX. Hay además constancia documental de que un Manuel Amérigo (probablemente hijo del anterior), del gremio de plateros, certificó una revisión de moneda de plata en 1851; y en el «Anuario general del comercio», editado en 1862, se especifica que había una joyería en la calle Labradores, n.º 25, propiedad de «D. Manuel Amérigo, platero, fiel contraste, corresponsal de la fábrica de toda clase de joyas de D. José Miró, de Barcelona».

Hay legajos en el Archivo Municipal o noticias en la prensa de la época que nos hablan de un Francisco Amérigo que era «arrendador del arbitrio de Saladura» en 1819; otro (o quizá el mismo) Francisco Amérigo que era alcalde de barrio en 1838; un José Amérigo que era apuntador del Teatro Principal en 1869; otro José Amérigo (probablemente distinto del anterior) que era escribiente de la sección de Fomento del Gobierno Civil, en 1873; un torero Nicolás Amérigo en 1877; y un Antonio Amérigo que era secretario del Ayuntamiento en 1880.

El Ayuntamiento aprobó en abril de 1880 «las bases para la adquisición por la Municipalidad de parte de las aguas de la mina Sta. Rosa», de la que era propietario Federico Amérigo Jornet. Siete meses más tarde, éste solicitó permiso municipal para instalar cinco fuentes públicas «para extender agua de la mina Sta. Rosa», en la calle de San Vicente, plazas de San Cristóbal y Progreso, y paseo de los Mártires, permiso que fue aprobado por el Consistorio el 15 de enero de 1881.

Curt-Amérigo

Josefa Amérigo Rouviere heredó una parte de los bienes inmobiliarios de su padre y, como ya sabemos, se casó con Fidel Curt y tuvieron cuatro hijos: Manuel, Rosa, Carmen y M.ª Victoria.

Amérigo-Puccinelli

Federico Amérigo Rouviere, diplomático, arquitecto (hay varios edificios construidos por él en la ciudad mexicana de Guanajuato), pintor y escultor, se casó con Enriqueta Puccinelli, a quien conoció en Roma y era hija del administrador del Papa. Tuvieron cuatro hijos: Luis, Guido, José Gabriel y Josefina. Federico murió en 1912.

Luis Amérigo Puccinelli fue representante en la ciudad de la empresa Hispania. En 1907 solicitó al Ayuntamiento que no se cobrasen las asistencias de la Casa de Socorro a sus obreros lesionados por accidente de trabajo. Casado con Dolores Barba, tuvo cuatro hijos.

José Gabriel Amérigo Puccinelli fue empleado de la Representación de Tabacos y contrajo matrimonio el 8 de agosto de 1902 con Josefina Bas.

Amérigo-Barba

Los cuatro hijos de Luis Amérigo Puccinelli y Dolores Barba se llamaban Luis, José Gabriel, Juan y Enriqueta.

Luis Amérigo Barba abrió en 1940 un almacén de elaboración de vinagres en calle Italia, 6, y una aserrería y carpintería mecánica en la calle Pintor Lorenzo Casanova, 21. Murió en accidente de tráfico en 1958. Su hermano José Gabriel pidió permiso en 1946 para construir una casa de planta baja en Desengaño, 11, y otro permiso, junto con su esposa Rosa Asín Llobregat, para construir un edificio en la calle General Goded esquina con calle Jerusalén.

Garriga-Amérigo

Victorina Amérigo Rouviere tuvo tres hijos con Juan Bautista Garriga: Juan Bautista, Enrique y Dolores.

La herencia recibida de su padre permitió a Victorina hacer espléndidas donaciones, como la que hizo en 1920 para reparar el camarín de la patrona de Alicante, en su condición de presidenta de la Cofradía de Nuestra Señora de los Remedios. Falleció en 1923.

Curt-Amérigo, otra vez

Manuel Curt Amérigo, hijo de Fidel y Josefa, nacido en 1861, se casó con su prima Josefina Amérigo Puccinelli, hija de Federico y Josefina, formando así otra familia con los apellidos Curt-Amérigo. Tuvieron seis hijos, pero parece que solo llegaron a edad adulta los cuatro últimos: José Luis, Enriqueta, Clementina y Manuel.

Manuel Curt Amérigo (padre) fue copropietario, durante unos pocos meses de 1898, del diario El Noticiero. Elegido diputado provincial, fue alcalde en 1917 por el partido conservador. Murió el 7 de agosto de 1925.

Los cuatro hermanos Curt Amérigo (José Luis, Enriqueta, Clementina y Manuel) mantuvieron en común parte del patrimonio que heredaron de sus padres (su madre falleció en 1936). Tan unidos estaban, que en 1947 los cuatro solicitaron permiso para construir un panteón familiar.

No obstante, cada uno de estos hermanos tenía sus propios negocios, sobre todo los varones. Por ejemplo, Manuel Curt Amérigo (hijo) construyó en 1944 un edificio de cuatro plantas en la calle Castaños, 49, esquina Médico Pascual Pérez.

José Luis Curt Amérigo

En el Diario de Alicante de fecha 2-7-1914 se lee el siguiente breve: «Ha salido para Londres, en cuya capital permanecerá durante dos años, el distinguido joven D. José Luis Curt Amérigo».

En 1925 pidió autorización municipal para instalar en el paseo de los Mártires un cartel anunciador de la Agencia Buick, lo que evidencia que José Luis era ya entonces representante de esta marca de automóviles de Estados Unidos, fundada en 1903 y propiedad del grupo General Motors desde 1908.

En octubre de aquel año de 1925 José Luis se casó con Ana Tomás, con la que tendría siete hijos. Al menos uno de ellos murió siendo niño, ya que en el periódico El Día, del 7-7-1934, se lee la siguiente noticia: «Nuestro querido amigo don José Luis Curt, acaba de perder a su hijito Pepito, pequeña criatura que era el encanto de su hogar».

En el mismo periódico, pero con fecha 24-6-1927, se informa de que «el agente automovilista don José Luis Curt Amérigo, ha solicitado autorización para instalar un aparato surtidor de gasolina en el interior del garage de Joaquín Costa». Y al día siguiente, pero en Diario de Alicante, aparece el siguiente anuncio: «Coche Oldsmobile de General Motors. Concesionario en Alicante: José Luis Curt. Mártires, 21».

En 1929 el emprendedor José Luis ya había abierto otra línea de negocio, además de la automovilística, como representante alicantino de la General Motors, según se desprende de un anuncio que apareció repetidas veces en El Luchador durante el verano de ese año: «Frigidaire (Refrigeración eléctrica automática). Producto de la General Motors. Usos domésticos: Neveras para casas de campo, Comunidades, Colegios? Tipos industriales: Para Restaurants, Bars, Cafés? Para detalles y presupuestos José L. Curt. Concesionario exclusivo Joaquín Costa 28».

En julio de 1932 anunció en prensa la salida del «nuevo Opel construido en Alemania por General Motors, representado en Alicante por José Luis Curt, quien tendrá sumo placer en haceros una demostración del mismo. Garage y Oficinas en Plaza de Séneca, 21. Teléfono, 1247».

Y en 1934 las oficinas y sala de exhibición de su negocio de instalaciones frigoríficas fueron trasladadas a Pintor Lorenzo Casanova, 7, según un anuncio impreso en El Día a mediados de año.

José Luis debía ser un empresario tan activo como emprendedor, capaz de realizar cualquier trabajo, como conducir su propio camión, lo que le acarreó algún que otro disgusto: «Ha sido denunciado don José Luis Curt Amérigo, dueño del camión A.4522 por ir con dicho vehículo por la plaza de Chapí, falto de número de matrícula en la parte posterior, y no haber obedecido la señal de alto que le hizo el guardia» (El Día, 24-2-1933).

En 1944 pidió permiso para instalar una industria de aceites lubrificantes en Pintor Lorenzo Casanova, 7; en 1946 amplió su tienda de venta de automóviles en la avenida del Doctor Gadea, 17; al año siguiente construyó un edificio de cuatro plantas, con garaje y gasolinera, en la avenida General Marvá, 14 (que reformó y elevó con un piso más en 1952) y construyó otra casa de varios pisos en la avenida Doctor Gadea, 26, esquina plaza Calvo Sotelo, adonde trasladó la venta de automóviles en 1948.

Pidió licencia en 1949 para construir un edificio en la calle Rafael Terol, con fachadas a las calles Valdés y San Quintín. En este mismo año instaló electromotores en el garaje Victoria, situado en Doctor Gadea, 24.

Aunque su principal negocio siguió estando alrededor del automóvil, a partir de 1950 amplió su abanico empresarial con la instalación de una armería en Doctor Gadea, 26 y un almacén de vino en General Marvá, 16, que transformó en bodega en 1959.

En 1955 aumentó en un cuarto piso el edificio de Canalejas, 17 y pidió permiso para levantar un edificio de cuatro pisos donde estaba el garaje Victoria (Doctor Gadea, 24).

Obtuvo autorización en 1956 para instalar una gasolinera en Canalejas, 17 y otra en Doctor Gadea, 24-26. En este mismo edificio y año inauguró la residencia de huéspedes Excelsior.

Otras ramas

La saga de plateros y joyeros continuó en este siglo: En 1918 la joyería Amérigo estaba abierta en el n.º 30 de la calle Rafael Altamira, tal como se anunciaba en la prensa de entonces. Antonio Amérigo Mas la reabrió en 1940 en el n.º 6 de la misma calle, ampliándola cinco años después. Tuvo tres hijos. El primogénito, Federico Amérigo Marín, fue abogado acusador en el juicio contra José Antonio Primo de Rivera. Al finalizar la guerra civil se exilió a México, donde se casó y tuvo dos hijos. Su hermana Maruja no tuvo descendencia porque fue monja y su hermano Bernardo era médico y se fue a vivir a Madrid.

A Antonio Amérigo Mas le sucedió en la regencia de la joyería Amérigo su sobrino Víctor Uriarte Amérigo, hijo de su hermana Teresa. Víctor, que tenía un hermano sacerdote (Ángel), se casó con Enriqueta Terol, con la que tuvo dos hijas: M.ª Teresa y M.ª Victoria.

En la actualidad, hay censadas en la ciudad de Alicante 46 personas con Amérigo como primer apellido, 23 con el segundo y ninguna con ambos. En total, 69.

La joyería Amérigo, que estaba en la calle Altamira, fue trasladada hace veinte años a la calle Pintor Gisbert, 36, tras fallecer Víctor Uriarte Amérigo y sucederle en la regencia su hija M.ª Teresa Uriarte Terol. Ésta ha perdido el apellido Amérigo, pero todo el mundo la conoce como M.ª Teresa Amérigo.

Pese a ser propiedad privada, el pasaje Amérigo siempre estuvo abierto, permitiendo el acceso a todos los alicantinos, desde que lo construyera el indiano José Gabriel Amérigo en 1853. Hasta que en el verano de 2004 fue cerrado, tras ser vendido el edificio a una sociedad que abrió en él un hotel de cinco estrellas.

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