Los hosteleros de la calle Castaños y Gabriel Miró trasladaron ayer al alcalde, Gabriel Echávarri, su incertidumbre y malestar por los planes de ordenación de veladores en el recorrido que el regidor realizó acompañado de la asociación de locales de ocio y del edil de Seguridad, Fernando Marcos. Le trasladaron su impotencia ante la previsible reducción de sus terrazas, le hablaron de despidos y le pidieron que medie con el edil de Ocupación de Vías Públicas. El regidor escucho una por una las críticas de los hosteleros, sin darles una respuesta. Sí le sirvió, como admitió posteriormente, para «hacerse una idea de primera mano» sobre la sensación de los empresarios del tardeo.

«Hay una gran incertidumbre y hay que darles seguridad», subrayó Echávarri, quien admitió que «hay gente desesperada». Y es que algunos hosteleros de Gabriel Miró le relataron, con lágrimas de impotencia, la situación a la que se verían abocados si sus terrazas se reducen. «La gente quiere ser escuchada», dijo el regidor, quien indicó que le han trasladado su «desesperación y miedo», por lo que abogó por «buscar un punto de encuentro». Al respecto, aludió a la mesa de negociación que se ha comprometido a crear y consideró que «hay que sentarse en la mesa con lealtad» y que en una negociación «todo el mundo tiene que ceder». Preguntado por la decisión de Pavón de seguir adelante con su plan de ordenación para Gabriel Miró y aprobarlo antes del 31 de diciembre, Echávarri repitió que «el mundo no se puede parar», pero en este caso fue más contundente que por la mañana (cuando Pavón estaba a su lado) al asegurar que «por eso» hay que actuar con «celeridad». A la pregunta de si se llega tarde, replicó «o no» y aseguró que la mesa de negociación se reunirá de forma «urgente e inminente» la próxima semana. Dijo, además, que «está todo sobre la mesa» y que «no hay nada innegociable».

Así se pronunció el regidor después de que los hosteleros le trasladaran su situación y poco antes de cruzarse, al final de su recorrido, con su socio de gobierno de Compromís, Natxo Bellido, que pasaba por Gabriel Miró de camino a un acto en lo que ambos definieron como «casualidad».

Los hosteleros argumentaron que la zona se ha revitalizado. «Hace diez años recogía jeringuillas de esta plaza y los empresarios hemos luchado para que salga adelante», le recordaba una de las hosteleras de Gabriel Miró, María Luisa Rivera. Tanto ella como Ana Moya, otra de las hosteleras de la plaza, le trasladaron que si sus terrazas se reducen de ocho mesas a cuatro aseguran que así se contempla en el plan de Pavón tendrán que despedir a gente.

Por Castaños y alrededores los hosteleros también trasladaron su preocupación a Echávarri y le pidieron que medie con Pavón. Sofía Carrascosa esgrimió que los veladores generan el 50% de su facturación en invierno y el 90% en verano.

Otra hostelera de la plaza, Estefanía Córdoba, explicaba por la mañana que su terraza se reduciría en un 47% y que también tendría que despedir a parte de sus empleados. Además, mostró su preocupación por las advertencias de Pavón sobre la renovación de los permisos de veladores. «Estamos a quince días y no tengo tranquilidad», dijo.