Alarmados, pero con voluntad de consenso. Los hosteleros de la plaza Gabriel Miró están a la espera del próximo paso en torno a la polémica ordenación de los veladores en la ciudad. El concejal de Urbanismo y vicealcalde, Miguel Ángel Pavón, manifestó esta semana su intención de iniciar la regularización de la superficie que ocupan las terrazas precisamente en esta plaza. Pretende así reducir el espacio que ocupan los veladores y adelantar el cierre de los mismos a la 1 de la madrugada antes de que finalice el año. El objetivo además se fija en que finalmente desaparezcan las terrazas de la parte noble de la plaza progresivamente y en todo caso sólo se mantengan en los laterales, donde se sitúa la oficina de Correos y el Colegio de Arquitectos.

En hora punta para la hostelería (sobre las 14.00 horas) de sábado frío como el de ayer la plaza estaba a «medio gas». En el centro había animación en la Plaza Nueva y la calle San Francisco, y el tardeo ya se dejaba ver por Castaños. Gabriel Miró representaba entonces una imagen que bien puede ser la de cualquier día de semana, con la mitad de las terrazas ocupadas.

«Directamente voy a traspasar el negocio porque estas condiciones no son las mismas que se deban cuando lo cogí hace tres años. No será rentable y no me vale la pena». Así de contundente se mostraba Marta Baquedano, del Café del Sol, ubicado en la calle San Fernando. «Ojalá cambie la situación pero no entendemos qué interés hay en comenzar la regulación por aquí cuando el problema está en Castaños», señaló esta hostelera.

Dando unos pasos más allá y dejando atrás la oficina de Correos, en el restaurante Plaza Canalla ultimaban los preparativos de las mesas para recibir a los clientes, en la terraza se podía ver dos o tres grupos disfrutando del aire fresco. «Entendemos que se quiera establecer una paridad o equilibrio pero para empezar a tomar medidas deberían tener en cuenta a los hosteleros, a los turistas y clientes», apuntó el encargado de este establecimiento, José Francisco Casares.

«El hecho de limitar el horario nos parece razonable, un poco pronto para la hostelería, en especial en verano, pero se puede negociar, se debe respetar el descanso de los vecinos y nosotros ya trabajamos para evitar molestias» subrayó. No obstante, explicó que la reducción del espacio de la superficie que ocupa la terraza obligará a reducir una plantilla «que se intenta mantener en invierno al igual que en verano». En concreto, la aplicación del plan de ordenación supondrá para este negocio la eliminación del 47% de sus veladores, pasando de un total de 17 mesas a 8. «Justo ahora que con el tema de los cruceros la ciudad comenzaba a moverse se pretende aplicar este tipo de medidas», lamentó Casares.

Mucho más pesimista eran las palabras de Francisco Juan López, del restaurante Los Mejillones. «Nos vemos todos en el paro», sentenció. «Si finalmente se aplica la medida nuestra terraza se reduce a la mitad y a la mitad también la recaudación», afirmó. «Parece que lo que quieren es que esta plaza vuelva a ser lo que era, un punto de degradación donde la gente temía pasar», argumentó este hostelero. En otros bares como en The Globe ya reúnen firmas contra la intención del Ayuntamiento de reducir los veladores en la plaza, pero al igual que en otros negocios, muestran su conformidad con el límite del horario y recuerdan que actualmente echan la persiana a las 2 de la madrugada.

Clientes

En el otro lado, el de quienes disfrutan de la ciudad desde las terrazas existe, como es lógico, diversidad de opiniones sobre esta polémica. «Queremos poder caminar por el centro, hay demasiadas terrazas, generan suciedad, ruido, muchas molestias», señaló Belén Baeza, vecina de la zona, ayer. «Si llegan a peatonalizar los laterales de la plaza esto se llena de veladores, se debe regularizar», declaró. Por el contrario, Javier Benito, otro clientes que se encontraba ayer en la plaza manifestó estar en contra de la medida ya que considera que Gabriel Miró es «un espacio muy agradable donde las terrazas dan mucha vida y se deberían mantener».