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El «pipicán» era lo de menos

La nueva zona de paseo para mascotas del PAU 1 divide a los vecinos, que tienen otras prioridades

El «pipicán» era lo de menos

«En el PAU 1, uno de los barrios donde más se ha pagado por las viviendas, están mejor cuidados los perros que sus habitantes». Así piensa parte del vecindario de esta zona de expansión de Alicante, dividido tras la reciente apertura de un «pipicán» para las mascotas al considerar que el barrio tiene otras necesidades más urgentes, sobre todo una mayor frecuencia de autobuses y más paradas de la única línea que llega al PAU, la 12.

«Si hablamos del servicio, efectivamente es muy escaso. Hacen falta más autobuses puesto que los domingos, si lo pierdes, hay que esperar más de 40 minutos, y lo coge mucha gente mayor con compras. También nos perjudica que hace un recorrido incompleto puesto que no llega a todo el barrio», explicó Ana, una usuaria que se bajó en la plaza de Juan Pablo II, donde sí llega el servicio, y que echa de menos marquesinas que protejan a los viajeros de la meteorología en estas largas esperas.

«Tiene las paradas muy seguidas y sin embargo no llega a todo el barrio, que es la finalidad», insistió por su parte Gabriela, que también reclamó más frecuencias.

José Miguel Pérez, otro vecino de la zona, señaló que los días laborables «sólo llega un autobús cada veinte minutos, da muchas vueltas y tiene las paradas muy juntas», coincidió. Además, criticó el gasto que ha hecho el Ayuntamiento en la zona de paseo de mascotas, «han habilitado un solar que cuesta una millonada para los perros con sus arbolitos, sus vallas y sus bancos, a pesar de que cruzando la calle está el campo. Además del gasto que supone en jardinero y mantenimiento», dijo.

«Una cosa no quita la otra. Debería pasar más a menudo el autobús y por todo el barrio pero también era necesario el pipicán», afirmó Daniel M., ante la gran cantidad de vecinos que tienen mascota y porque la Policía Local les apercibía de amonestación cuando llevaban a los perros sueltos de paseo por el parque Juan Pablo II o no recogían sus excrementos. «Hacía falta porque así pueden correr sueltos y no te multan. A última hora de la tarde se pueden llegar a juntar aquí entre 20 y 30 perros», explicó este vecino, quien no cree que haya costado tanto habilitar la zona ya que medio vallado ya estaba hecho y los seis bancos que han instalado parecen de segunda mano. «Sólo han plantado trece árboles, que riega un camión cisterna, pero no entran a limpiar». Es otra reclamación porque «cuando llegue el calor esto puede ser insoportable, por no hablar de las plagas de garrapatas».

Por su parte, criticó la falta de iluminación en el «pipicán» ya que no han colocado farolas. Una queja, la del deficiente alumbrado, que también apuntaron otros vecinos sobre algunas de las avenidas, que consideran peligrosas además por la gran velocidad por la que circulan algunos conductores. En esta línea, coincidieron en reclamar más vigilancia policial para evitar también los robos, de los que algunos han sido testigo, además en paradas de autobús. También quieren parada de taxis y bicicletas de alquiler para sentirse mejor comunicados.

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