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La crisis con Turquía y norte de África desvía turismo ruso hacia la provincia

La zona de Coveta Fumá en El Campello, Torrevieja y la Marina Baixa se convierten en «destinos refugio» ante la orden de Putin de que los mayoristas rusos no trabajen con el gobierno de Erdogan

Un empleado de El Corte Inglés ordena un estand donde se ofrecen productos rusos

La inestabilidad social y política que sufre Turquía debido al conflicto con Rusia por el derribo del bombardero que invadió el espacio aéreo turco, y Túnez, por los ataques yihadistas, van a suponer un balón de oxígeno para la Costa Blanca en su intento de recuperar el turismo ruso que se resintió por la crisis del rublo. Rusia ha recomendado a sus turistas que no viajen a Turquía, uno de sus principales destinos, y a los que ya se encuentren allí, que regresen cuanto antes debido a la latente amenaza terrorista en este país. La alternativa es España y, en concreto, la franja costera de la provincia donde los rusos han encontrado uno de los lugares preferidos para pasar sus vacaciones debido al precio, la seguridad y la privacidad que les dan destinos como Coveta Fumá en El Campello o Torrevieja, donde se localiza la colonia rusa más importante de la provincia.

Se trata de una buena noticia tras el golpe que sufrió este mercado en octubre, cuando la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia decidió suspender la venta de billetes de Transaero, la compañía rusa que desde hace dos años operaba semanalmente entre Moscú y el aeropuerto de Alicante-Elche y que movía 8.000 turistas al año. Un mercado que este año se ha resentido a nivel global en España por la crisis de Crimea -descenso en el número de turistas y del 10% de las pernoctaciones hoteleras en España-, y también en la provincia que cerrará con unos 190.000 visitantes rusos, y 40% menos que hace dos años. Rusia cuenta con un PIB de 1.540 billones de dólares, una inflación del 6,5% y una tasa de desempleo del 6,1%. Su situación económica sigue siendo estable gracias a un petróleo que cotiza por encima de los 100 dólares/barril. Se estima que en 2020, se situará entre las cuatro mayores potencias.

El mercado turístico ruso ha caído este año un 30% en la Costa Blanca que prevé cerrar el año con unos 190.000 turistas rusos, lejos de los 300.000 que llegaron, por ejemplo, en 2013, algo que empieza a preocupar en la provincia debido al peso que ha adquirido este turismo en los últimos tres años. Mueve al año unos 500 millones de euros repartidos en la inversión inmobiliaria y en el gasto de estos visitantes de poder adquisitivo alto (2.042 euros por viaje y 126 euros al día con una estancia de 15 días), cuando salen de vacaciones. El cese del mayorista Versa hizo daño a finales de 2014 porque la mayoría de sus clientes eran potenciales inversores inmobiliarios en la provincia, con lo cual perdieron un acceso rápido. Además, centraba sus operaciones en el área de San Petersburgo, con alto poder adquisitivo. A Versa se unió hace un mes el cese de operaciones de Transaero, una compañía que había apostado por Alicante. Curiosamente, toda la flota está aparcada a la espera de destino cerca de Alicante, en el aeropuerto de Teruel, en medio del Aragón profundo cuya imagen impacta al circular por la autovía Mudéjar que conecta Aragón, Navarra y el País Vasco con la Costa Blanca. Cientos de millones de euros en tierra, y sus potenciales pasajeros en Moscú.

Con todo, estas Navidades se espera ya que se note -pese a su gran componente residencial- la llegada de turistas rusos. Familias que tienen su segunda residencia entre Coveta Fumá y Torrevieja y a las que le sigue «saliendo mucho más barato viajar a Alicante que a EEUU, otro de los destinos favoritos de los rusos "ricos"», según apunta Ana, una agente inmobiliaria que asesora a inversores rusos y ucranianos en la Costa Blanca. «Hemos notado la caída de las operaciones, y la crisis del rublo, pero el hecho de que Turquía esté cerrado a los viajes de los turistas rusos nos va a beneficiar porque aquí están como en casa pero con luz y buen tiempo».

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