La crisis interna dentro del tripartito no amaina. Con todo, el alcalde, Gabriel Echávarri, aseguró ayer que la ruptura de voto entre los socios de gobierno a cuenta de la política de personal del PSOE no impedirá que el tripartito «siga funcionando». Fue la propuesta socialista de modificar la estructura de personal del Ayuntamiento (mayoritariamente en las áreas del PSOE y en algún caso las de Compromís) la que destapó la caja de los truenos. Guanyar se opuso (consideró que sus concejalías se veían «ninguneadas») y Compromís se abstuvo, pero el PSOE la sacó adelante con el apoyo de PP, Ciudadanos y todos los sindicatos, a excepción de CC OO. Es en ese apoyo de la parte social en la que se apoya Echávarri para seguir adelante con la propuesta de modificación de los puestos de trabajo, que deberá pasar a la Junta de Gobierno Local.

«Lo importante es que haya consenso en la parte social, no en la política», dijo ayer Echávarri, quien agregó que «si algún partido, que es lo que criticábamos al PP, va en contra de lo que dice la parte social, apaga y vámonos». Echávarri admitió que está abocado a «hablar y negociar» con sus socios de Guanyar. No obstante, afirmó: «Jamás iré en contra de lo que dicen cuatro de cinco sindicatos».

Sobre la postura adoptada por sus socios de gobierno, consideró que «habrá mil cosas en las que no estemos de acuerdo y eso no significa que haya ningún problema; el gobierno va a seguir funcionando». En cuanto a las reivindicaciones del vicealcalde, Miguel Ángel Pavón, de realizar una modificación integral de los puestos de trabajo consensuada en una mesa técnica y posponer hasta entonces los cambios e incluyendo las áreas que dirige Guanyar, Echávarri afirmó que «no se puede hacer porque supondría un aumento del presupuesto que no aceptaría el Gobierno».

Ante la posibilidad de que Pavón oponerse a su propuesta en la Junta de Gobierno, Echávarri consideró que «en Naciones Unidas hay 5 países con derecho a veto. A mi no me gustan los vetos, sino el diálogo, las mayorías y el consenso» e insistió en que «yo no veto, no sé que van a hacer otros». Aunque aseguró que la propuesta sobre personal sí había sido informada a sus socios, admitió : «Se acabó ir por separado. Hay que hablar de todo, todos los días».

Precisamente en esa necesidad de diálogo incide su socio de Compromís, Natxo Bellido, quien se abstuvo en la votación. «Tenemos roces porque y los vamos a seguir teniendo porque los gobiernos plurales son así», dijo Bellido. Este último agregó que «vamos a un ritmo aceleradísimo y eso nos hace tener fallos o problemas porque a veces nos falta tiempo para pensar, reflexionar y comentar las cosas en el equipo de gobierno de forma más sosegada. Deberíamos sentarnos más a menudo».