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El cambio climático provocará veranos de cinco meses

La disminución de recursos hídricos a partir de la segunda mitad del siglo golpeará la agricultura

Playa del Postiguet, Alicante, ayer a las 17 horas RAFA ARJONES

Más calor, más verano y menos agua. Estas son las principales consecuencias que, lejos de los apocalípticos mensajes sobre el aumento del nivel del mar, tendrá en la provincia el calentamiento de la tierra hacia la mitad de siglo si se cumplen los pronósticos y no se frena la emisión de CO2 a una atmósfera a la que no le hace ninguna falta los gases de «efecto invernadero». Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante alerta de que los veranos serán de cinco meses y habrá mayores periodos de sequía incluso que el actual. Esto último tiene muy preocupados a los agricultores porque el precio del agua de las desaladoras es insostenible e, incluso, ya se habla de cambiar cultivos y buscar productos menos consumidores de agua, según la organización Asaja.

Según Jorge Olcina, si se cumplieran los modelos climáticos, la temporada alta de turismo podrá desarrollarse entre junio y octubre. Esto es especialmente importante para planificar el año turístico, las vacaciones de verano y los flujos de turistas de otros países que puedan llegar a nuestros destinos y a los que se les podrá ofrecer una temporada de baños más prolongada, con temperaturas cálidas también, aunque el exceso de calor también provoca rechazo en el centro y norte de Europa. Muchos escandinavos, alemanes e incluso algún inglés huyen en verano.

Un dato que ya está ocurriendo en relación con la temporada de playa en la Costa Blanca es que el mar Mediterráneo se calienta en verano más que hace 30 años, de forma más temprana y, además, dura más tiempo. Ayer mismo, último día de noviembre, había bañistas que se seguían dando un chapuzón en la playas alicantinas de San Juan, El Postiguet o Levante, ésta última en Benidorm.

Alicante presenta el escenario tipo para los modelos del cambio climático que anuncian un calentamiento global de cerca de dos grados hacia la segunda mitad del siglo. La provincia lleva dos años cerrando el verano con una temperatura media de 26,7 grados centígrados, 0,7 grados más de lo que Meteorología considera normal. Meses tórridos, sin lluvias, en los que las máximas no bajan de los 30 grados y las mínimas de los 23, con noches tropicales por el exceso de humedad.

Los estudios sobre el clima, vinculados al calentamiento en Alicante, sostienen, además, que la tendencia revela que a partir de 2050 las lluvias se concentrarán en la costa y no en el interior de la provincia donde, paradójicamente, se encuentran los embalses. Además, el cambio climático amenaza con acentuar y prolongar las sequías y la intensidad de la gota fría de ahí haya que buscar medidas de prevención, según apunta Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. «Ya no podemos afirmar, por ejemplo, que el clima de nuestro territorio en 2015 sea el mismo que el que había en 1980. Han subido las temperaturas, sea cual sea la causa de esta subida, aunque todo apunta a que la emisión de algunos gases por parte del ser humano estaría provocando un forzamiento térmico que antes no existía, y se están registrando cambios en el comportamiento de otros elementos climáticos».

Los modelos de cambio climático indican que la aparición de sequías va a ser más frecuente en las próximas décadas. Esto no incluye un fenómeno desconocido en nuestra provincia, pero si es importante tenerlo en cuenta de cara a la planificación de los recursos de agua. «Por ejemplo, los viñedos tendrán que alterar su ciclo vegetal o buscar variedades de uva que se acepten mejor al aumento de las temperaturas en el centro del verano», apunta Olcina.

En cuanto a la subida del nivel del mar, en la provincia de Alicante se estima que será muy débil hasta 2050. «No nos vamos a quedar sin playas pero debemos evitar la ocupación del Dominio Público». Y como las lluvias serán cortas pero de gran intensidad, tampoco es descartable que se construyan tanques para recoger el agua de las tormentas.

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