Zapatos ilicitanos pisando Nuevo York; uvas del Vinalopó en los postres ingleses; cosméticos, helados o salsas que llegan hasta Australia en envases de plástico manufacturados en Ibi; aluminio alicantino en aeropuertos, polideportivos o rascacielos de Canadá o Chile; mármoles del Vinalopó en edificios nobles y centros comerciales de medio Marruecos; y juguetes de la provincia en USA y Hong Kong. Éstos son los sectores productivos que abren fronteras, tirando de la economía alicantina en plena contracción del mercado interior, con un crecimiento de las exportaciones tres veces por encima de la media española este año.
Alicante se ha hecho un nombre en el extranjero a través de empresas que venden sobre todo en Europa (Alemania es el país al que más han crecido los envíos) pero que se abren paso en Estados Unidos, China, norte de África, México o Arabia Saudita. Y se manda de todo, puesto que el aluminio, las conservas de fruta y verdura, y especialmente los productos químicos orgánicos, se están disparando (un 276% de crecimiento de un sector testimonial hasta hace poco). Juntos han conseguido exportar ya más de 4.000 millones, y siguiendo la proyección, acabarán el año con casi 5.500 millones, gracias a empresarios anónimos a los que INFORMACIÓN pone cara.
¿Quién diría que la provincia, además de cuna del calzado, el, turrón o el juguete, se ha convertido en una potencia del plástico? Este sector es el tercero en volumen exportador este año, con 234 millones y medio de euros, un 17,3% más en sólo un año. «La provincia de Alicante, concretamente la Foia de Castalla y particularmente Ibi, ha demostrado ser cuna de grandes empresarios y ejemplo de diversificación. ¿Cómo si no una localidad centrada en el juguete un par de décadas atrás, podría haberse reconvertido hoy en núcleo de desarrollo y fabricación de productos de plástico para infinidad de aplicaciones: packaging, industria automovilística o menaje? Y así seguirá siendo, hay mucho plástico en nuestro ADN», afirma Jorge Sáiz, director comercial y de marketing de la empresa ITC Packaging, que facturará este año 13 millones en mercados de exportación. Será el 30% de su volumen de negocio, y esa vocación exportadora crecerá al menos cinco puntos en 2016, augura Sáiz.
De Ibi salen los envases del café soluble o de la alimentación infantil para los niños de Asia y hasta Oceanía. «El lanzamiento de diferentes productos innovadores nos ha llevado a ser proveedores de, por ejemplo, grandes compañías de nutrición infantil en China, Corea, Nueva Zelanda o Australia. A día de hoy es fácil encontrar producto ITC en farmacias o en cualquier retail en Pekín o Guangzhou, China».
Aún así, el grueso de la exportación de esta empresa del plástico se dirige a la Unión Europea. El transporte es uno de los principales hándicaps para este sector dado que al fabricar envases vacíos transportan, en parte, aire, con lo que las distancias, aseguran, son cruciales en las negociaciones. Esto ha llevado a la empresa ibense a adquirir una planta de inyección en Vizcaya, muy próxima a Francia, su primer cliente europeo.
Dado que el lanzamiento de nuevos productos en España «estaba casi en coma», y eso que la alimentación es un sector básico de consumo, las empresas ven que ahora las cosas empiezan a mejorar y el mercado exterior lo percibe. « Queda mucho por hacer en cuanto a marca España pero tenemos ejemplos cercanos de éxito de los que aprender». Y las perspectivas para el sector del plástico son incluso más halagüeñas por la bajada de los precios del petróleo y de las materias plásticas. «Hay una clara tendencia hacia la sustitución de otros materiales como el vidrio por plástico, dadas sus ventajas de menor peso o misma trasparencia con cero roturas, por lo que la innovación es clave. Las soluciones innovadoras hacen que la exportación sea sostenible a largo plazo. En caso contrario, un fabricante local acabará por desbancarte tarde o temprano».
El aluminio se está convirtiendo en otro gran sector exterior. La fábrica Aludium de Alicante es netamente exportadora y realiza un 72% de sus ventas en el extranjero, con 118 millones de euros este año. «Aludium exporta a todo el mundo, desde Chile a Australia, pasando por Canadá. Aún así, nuestro mercado principal es Alemania y la región centroeuropea, donde vendemos más del 50% de nuestra producción. Para Aludium el mercado de la exportación es su razón de ser. No entenderíamos nuestra industria limitada a España», revela Manuel Ruano, Chief Operating Officer, que esta semana fue a Milán por negocios.
El metal que venden fuera de España se utiliza principalmente para construir edificios públicos y para usos industriales a través de grandes distribuidores. «Desde Alicante se suministra aluminio brillante para iluminación, decoración y paneles solares». El reto de Aludium es conseguir la certificación de su aluminio para envases de alimentación. «Estamos en la última fase de pruebas industriales y esperamos lanzar este nuevo producto en 2016. Adicionalmente el grupo de Innovación y Desarrollo está trabajando en la creación de nuevos acabados superficiales para decoración de interiores de viviendas, muebles e interiores de vehículos.». Un crecimiento que en la factoría alicantina creen que podría ser mayor. «Tenemos, si lo comparamos con Aludium Amorebieta, muchas barreras para exportar de forma eficiente. Un ejemplo claro es la falta de corredor de mercancías en el Mediterráneo que pueda mover nuestros productos de una forma rápida y eficiente de Alicante a Centroeuropa».
Mustang es una de las muchas firmas de calzado de la provincia que viste los pies del mundo. Elche y Elda son cunas de producción y comercialización de zapatos de moda que llegan a Estados Unidos, Japón, China, y sobre todo a los países de la Unión Europea, mercados principales de las creaciones alicantinas. El sector ha tirado de las exportaciones durante toda la crisis y sigue haciéndolo, con casi 1.223 millones de euros en ventas al exterior hasta septiembre. El calzado hace varios lustros que apostó por la internacionalización y renombradas empresas destinan ya el 80% de su volumen de negocio a exportación. En el caso de Mustang, su estrategia pasa por abrir aún más las fronteras.
«Enviamos pedidos a todo el arco mediterráneo y a Europa Occidental. También a Escandinavia y Estados Unidos, donde tenemos una filial», explica Sergio Ros, uno de los propietarios de Mustang, que comercializa en el exterior el 25% de su producción.
Esta compañía mira ahora ultramar puesto que hace un año abrieron otra filial en Sudamérica con el objetivo de conquistar el mercado de Chile, Perú y Colombia. Mustang exporta de todo, calzado de niño, de caballero y sobre todo de señora, aprovechando que «el binomio moda y España están muy bien considerados a nivel internacional por la expansión por todo el mundo de las grandes cadenas textiles. Eso nos ayuda».
«El mercado exterior es clave. Llevamos varios años creciendo por encima del 10%, y este año la previsión de aumento de las ventas desde la Comunidad Valenciana al extranjero es del 18%. Y el 65% de las empresas españolas del sector están aquí», apunta Marian Cano, secretaria general de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal).
Aunque Europa es el principal mercado para el calzado, hay empresas con proyectos para ganar aún más cuota exterior, por ejemplo, en China. También en Estados Unidos, país que requiere estrategias especiales y una importante inversión que algunas empresas están planificando y en el horizonte sigue Rusia pese a que las perspectivas se han estacado. Esta apuesta por la internacionalización ha permitido, como explicó Marian Cano, que haya marcas muy consolidadas en el extranjero «gracias al prestigio del calzado español en calidad y diseño pero también en cuanto al servicio y la seriedad de las empresas».
La huerta de Europa
Alicante cada vez cultiva más frutas y verduras para enviar a Europa a pesar de sus problemas de falta de agua. El sector hortofrutícola exporta más de 700 millones de euros entre productos directos de la tierra y en conserva, y las perspectivas son halagüeñas para cítricos, alcachofa, tomates, pimientos, pepinos y brócoli, señala Eladio Aniorte desde Jóvenes Agricultores. En plena temporada está la uva de mesa. En España se prefiere con semillas pero en el extranjero sin ellas y, en los campos que tiene en el Vinalopó, Uvasdoce cultiva medio centenar de variedades, de las que exportan más de la mitad. Inglaterra es el cliente principal: compra el 80% de la producción, que también se envía a Francia, Italia o Países Bajos.
«La exportación nos ha salvado de la crisis», señala Alfredo Miralles, gerente de la firma, que factura ultramar, en Sudáfrica, Brasil y Emiratos Árabes. Incluso venden su producción en Asia. Uvasdoce, fundada en los 70, y de segunda generación, quiere ahora profundizar en el mercado español por lo poco que se consume la uva y aún menos sin pepitas. «Los estudios dicen que está en el puesto quince mientras que en Inglaterra, que no produce, está a la altura de la manzana y el plátano».
El mercado exterior está siendo una vía de escape para la piedra y sus manufacturas. Incluso para empresas familiares como Mármol Spain, con sede en Novelda, fundada en 1963, que vende a Marruecos, donde se implantaron en 2008, aprovechando que la obra nueva crece a un ritmo del 5% anual. «Tenemos un almacén en Casablanca con empleados desplazados y siete autóctonos que trabajaban en España en época de bonanza, y conocen nuestro idioma y cultura», explica David Beltrá, responsable de la empresa en segunda generación, quien afirma que el material de Alicante tiene buen consumo en Marruecos para casas estándar, grandes superficies e incluso villas, en proyectos de hasta 10.000 metros cuadrados.
Mármol Spain exporta desde Novelda un millón de euros aunque en Marruecos facturan otros tres más al año puesto que trabajan en todas las ciudades importantes. El mármol alicantino luce en el Morocco Mall de Casablanca, un centro comercial en el que han forrado las columnas de la entrada con ónix, material translúcido con luz por dentro. Venden materiales de ornamentación noble y silestone para cocinas.
El juguete, a la cabeza en USA
Otro sector que lleva la vocación de internacionalización en su ADN es el juguete. La firma Famosa se creó en 1957, y desde los inicios asistía a ferias en el exterior como Lyon o Nuremberg. A finales de los 60 empezaron a exportar muñecas a Portugal y Francia, y enviaron dos barcos a Cuba (uno de ellos se hundió). En la actualidad, el 65% de la facturación de Famosa, que asciende a 208 millones de euros de negocio anuales, se exporta: está presente con marcas en más de 95 países, tiene en México y Francia sus principales clientes, y cuenta con oficinas en estos dos países, y en Italia, Portugal, Puerto Rico y Hong Kong.
«Los mercados internacionales nos han ayudado a crecer en ventas estos años. USA, por ejemplo, ha situado algunos artículos entre los más demandados desde las pasadas Navidades», señala el Export Sales Manager de Famosa, Jorge Águila, empresa que ahora pone el foco en Gran Bretaña, Brasil, Colombia y Rusia, puesto que, sostiene, «nuestro crecimiento debe proceder de la exportación». Por ello, aunque intentan ser genéricos en sus confecciones, se adaptan a los gustos diversos, con colecciones como «Barriguitas por el mundo»; juguetes de madera en Europa del Este, donde son tradición; y respeto al componente social y religioso en el caso de Oriente Medio. Y complementan, cada vez más, la oferta con productos interactivos tecnológicos.
