Nuevo rumbo para Panoramis. Tres años después de que el centro de ocio de la dársena de poniente del puerto de Alicante entrara en barrena por la liquidación de la sociedad que lo gestionaba, los propietarios de la concesión, entre otros el empresario Enrique Ortiz, quieren dar un nuevo impulso al complejo creando en el interior del edificio un centro de restauración «gourmet» y familiar similar a los que ya funcionan con éxito en Madrid (San Miguel) y Sevilla. Para ello aprovecharán, además, además, el poder de atracción de los cuatro negocios que han resistido a la crisis del centro: el complejo de cines, un restaurante inspirado en la comida «tex mex», un gimnasio y un salón donde se organizan fiestas de cumpleaños para los niños.
Los trabajos para reconvertir el centro ya han empezado, aunque se encuentran en una fase inicial. El edificio completa su oferta actual con dos cafeterías gestionadas por los propios concesionarios. En el exterior, sigue abierto un pub y los socios del centro quieren abrir los otros cuatro. Todo se concebiría como una alternativa más al ocio de la ciudad y complemento del exitoso y, en ocasiones, polémico «tardeo», que concentra a miles de personas todos los fines de semana en las calles del centro de Alicante.
El enfoque que se quiere dar al interior es fundamentalmente gastronómico y la previsión es inaugurar en marzo de 2016. Se va transformar casi por completo toda la fachada que da a los pantalanes de Club de Regatas con espacios abiertos y diáfanos donde se colocarán los nuevos establecimientos a modo de barras.
El complejo Panoramis comenzó una deriva que le llevó prácticamente a convertirse en un lugar «fantasma» en 2012, cuando la empresa que lo gestionaba, Marina de Poniente, entró en concurso de acreedores. El puerto era el principal acreedor con una deuda por cobrar de unos 2,7 millones de euros por el impago de la concesión y otros cinco millones con los bancos que habían dado a la sociedad un crédito sindicado. Ubicado en una de las mejores zonas de la ciudad, junto al mar, pegado al Club de Regatas pero en el que, prácticamente, sólo quedaron cinco negocios abiertos.
Diseñado para competir con la zona de ocio de levante, el centro de ocio Panoramis fue durante unos años uno de los referentes lúdicos de la fachada marítima de Alicante. Era los años en los que los cines tiraban del centro y todo funcionaba. Incluso se proyecto conectar la zona donde en su día estuvieron los Depósitos Francos con un túnel submarino en el que pudiera haber tiendas. Pero llegó la crisis, la apertura de negocios que no funcionaron y el cierre de las salas de cine, algo que fue definitivo para que el centro fuera convirtiéndose, poco a poco, en el complejo fantasma.
