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ENTREVISTA: José Luis Layola

«Gracias al deporte pasé de la silla de ruedas a hacer 700 kilómetros en bici»

«Hace tiempo que decidí no medicarme, salvo los fármacos que tomo contra el dolor», relata

«Gracias al deporte pasé de la silla de ruedas a hacer 700 kilómetros en bici» PILAR CORTÉS

José Luis Layola pasó de estar en una silla de ruedas a competir en una de las pruebas más extremas que existen, el Titan Desert, por el desierto marroquí.

¿Por qué se plantea un enfermo de esclerosis múltiple embarcarse en una de las pruebas deportivas más extremas que hay?

En el año 2005 estaba en el hospital a causa de un brote muy fuerte. Viendo resúmenes deportivos en la tele me fijaba en la cara de sufrimiento que tenían los deportistas que participaban en un «Iron man» y cómo les cambiaba al cruzar la meta. Pensé que sería una buena experiencia participar en esto y pasar del sufrimiento a la felicidad. Era una época muy difícil, porque en un año había pasado de tener todo un futuro a padecer una enfermedad neurodegenerativa con una esperanza de vida de 10 años debido a la velocidad a la que ésta avanzaba. Además este brote de 2004 me había dejado una discapacidad del 85% y en silla de ruedas.

¿Cómo fue la preparación?

Comencé una rehabilitación funcional a diario de manera profusa y abundante. Así pasé de la silla de ruedas al bastón y de ahí a hacer pequeños recorridos sin ayuda. Seguí apostando por la actividad física, haciendo todo lo que estaba en mi mano para mejorar las lagunas que me había dejado la enfermedad... Poco a poco me sentía mucho mejor y en 2011 me compré una bici y comencé a sumar kilómetros hasta que en 2014 hice la prueba.

¿Qué fue lo más duro de esta prueba?

Lo que más me limitaba era la fatiga y las radiaciones solares porque son dos activadores de los brotes. Así que pasar de 2004, año en el que tuve el brote que me dejó un 85% de discapacidad, a una prueba en 2014 de 700 kilómetros es una muestra de cómo se puede mejorar con el deporte. La prueba se hace en bicicleta y este año se ha cumplido la novena edición. De todas las que se han celebrado, en la que yo participé fue la más dura y en la que más abandonos hubo.

¿Qué mensaje le da a los pacientes a quienes les acaban de diagnosticar una enfermedad como la suya?

Que el deporte ha sido un camino y que nunca deben tirar la toalla ni dejar de perseguir sus sueños. Te pueden dar un diagnóstico, pero eso no te hace una persona diferente.

¿Qué le dicen sus médicos?

La mayoría de centros especializados en esclerosis múltiple basan su conocimiento en nuevos fármacos, nunca ha sido el deporte una vía de investigación. Hace tiempo que decidí no medicarme, salvo los fármacos que tomo contra el dolor, y entonces para los médicos estoy fuera de interés. Tengo mis visitas anuales de cinco minutos y ya está.

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