Que la Lomce se está implantado de forma «precipitada» y «escasamente coherente», ante la «dispersión de actuaciones y aplicación tan variopinta» en cada comunidad autónoma, es el principal problema sobre el que alertan los directores de Secundaria, reunidos este fin de semana en su XXXII congreso nacional.

También reclaman planes de formación continua «en buena medida obligatorios», acompañados de evaluación y reconocimiento, porque la formación pedagógica de quienes acceden a la docencia en esta etapa «sigue siendo insuficiente», admiten.

La delegación de la Comunidad Valenciana, una de las autonomías que con mayor celeridad implantó la ley, señala que choca con la «falta de normativa que desarrolle la aplicación de los currículos», lo que obstaculiza la labor del profesorado «sin formación previa ni planificación suficiente».

Les «preocupa» asimismo la pérdida de logros con alumnos que se incorporan a programas de mejora del aprendizaje y rendimiento en la ESO; y añaden la «incertidumbre» con los libros y materiales escolares, porque los hay que no se ajustan a los nuevos currículos y aseguran que existe «contraposición de intereses», entre editoriales, centros y sistemas de gratuidad para adquirir los textos. Concluyen que los responsables educativos piensan poco en los alumnos y les culpan de estar inmersos en unas elecciones generales que lo «ralentizan» todo.