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Crecen los enfermos que recurren a clubes de marihuana como terapia

Un 25% de los fumadores que acuden a la sala de Alacannabis lo hace por causas médicas

Luis tuvo un accidente laboral. PILAR CORTÉS

Luis tuvo un accidente laboral con politraumatismos que le dejó como secuelas una rigidez muscular que le provocaba caídas (se rompió los dientes) y fuertes dolores que le obligaban a tomar morfina y le causaban vómitos. «En la unidad del Hospital de Barcelona donde me trataban estaban preocupados porque no había solución médica para todo y me recomendaron que probara con la marihuana. Empecé a buscar, encontré la asociación, llevo dos años y estoy mejor. Me ayuda a controlar los dolores y las náuseas, siempre consumiendo con cabeza y con el apoyo médico de la asociación».

Ésta es la experiencia de uno de los asistentes a la sala de Alacannabis, asociación de usuarios y estudios del cannabis de Alicante, donde cada vez acuden más enfermos con fines terapéuticos. De hecho, 24 personas del centenar para las que cultivan marihuana y que van a fumar a la sala padecen cáncer, esclerosis y otras enfermedades, es decir, un 25%. Además, el terapéutico es uno de los tres requisitos que esta entidad sin ánimo de lucro exige para poder fumar marihuana en su local: una dolencia diagnosticada presentando informe médico.

Este perfil de asistente a la sala de Alacannabis aumenta. «Desde las unidades del dolor de los hospitales incluso nos mandan pacientes. El doctor no puede prescribir cannabis pero si el paciente pregunta le puede decir si le puede ir bien», explican Antonio Moreno y Joan Ortuño, presidente y tesorero de la asociación, que cuenta con un médico socio voluntario.

El facultativo precisó que «existe una gran desinformación y miedo pero cada vez vienen más personas». El médico citó numerosas indicaciones para las que, afirmó, es positivo fumar esta hierba como «esclerosis múltiple, efectos secundarios de la quimioterapia, dolores crónicos que se tienen que tratar toda la vida con analgésicos y antiinflamatorios. La morfina engancha y esto no. Hay estudios que dicen que la combinación de dos sustancias que tiene el cannabis acelera el suicidio de las células cancerosas, y consumirlo sólo por la noche te evita muchas pastillas somníferas que dañan el hígado, y esto no perjudica».

En Alacannabis quieren ser todo lo «legales» que puedan teniendo en cuenta que en principio cualquier cultivo de cannabis es ilegal ya que necesita la verificación de la agencia del medicamento. «Cuando contactamos con ellos nos dicen que no tienen potestad para permitirlo. Estamos indefensos, porque, según la ley, es lícito consumir en casa. La gente entonces se pregunta, ¿dónde lo consigo? Estamos en un callejón sin salida», dicen presidente y tesorero.

La asociación alicantina, fundada en 1999 y una de las más antiguas en funcionamiento a nivel estatal, intenta canalizar el consumo de cannabis minimizando riesgos al evitar a sus socios ir al mercado negro. Para ello se basan en un informe sobre drogadicción que hizo la Junta de Andalucía, que fijó en dos gramos por persona y día un consumo no problemático, «como dos cervezas». Fue entonces cuando la entidad alicantina, junto a la Federación Nacional de Asociaciones de Cannabis, diseñó un modelo que pasa por cultivos para socios en un circuito cerrado que produce un máximo de 720 gramos anuales por persona. «La lucha es conseguir el cultivo individual legal pero mientras tanto queremos diferenciarnos de los clubes de fumadores de cannabis que proliferan en Alicanteclubes de fumadores de cannabis », que ven semiclandestinos.

Con este fin siguen un estricto protocolo de admisión. Al margen del fumador terapéutico, a quien quiere entrar se le pide el aval de un socio con una antigüedad de seis meses o se le apunta en una lista de espera de tres meses mientras se cultiva su cannabis, que lleva «nombre y apellidos». Aquí, lo de tocar la puerta y comprar no sirve.

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