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La Comunidad se sitúa a la cabeza del país en delitos tecnológicos

Responsables de la Comisaría advierten del auge del fraude económico a través de Internet

Estudiantes de la Escuela Politécnica en unas prácticas ISABEL RAMÓN

¿Es posible asesinar con el uso de las nuevas tecnologías? El inspector José Tirado, miembro del cuerpo nacional de Policía en la Comisaría provincial y de la Unidad de Investigación Tecnológica, dejó caer la pregunta ante un entregado auditorio de jóvenes universitarios que cursan carreras de informática.

«Imaginad a alguien conectado al servidor del un hospital...», que accede a la base de datos de un paciente e incluye entre la medicación que se le debe suministrar un medicamento al que es alérgico.... Tirado ejemplificó con este caso que «cualquier tema con las nuevas tecnologías es susceptible de derivar en un delito».

De hecho, la Comunidad detenta el liderato nacional en la comisión de delitos tecnológicos, concentra el 26% del total según datos de la Asociación Española de empresas contra el fraude.

«La injuria en un foro de internet es delito», precisó el agente; así como el empleo de las nuevas tecnologías como soporte para almacenar archivos encriptados ; o el uso fraudulento del servidor de una empresa por parte de un trabajador despedido que, desde su casa, daña el servicio informático a través de los datos económicos.

Virus, gusanos y troyanos asedian nuestros dispositivos y, aunque oir al inspector de la policía pone los pelos de punta ante el abanico de maldades que se pueden cometer hackeando tanto un móvil como un ordenador, Tirado concreta que para contrarrestarlo a nivel de usuario, lo elemental es usar «el sentido común».

Recomendaciones

A saber: no abrir correo electrónico que no sea completamente fiable; desconfiar del que ofrece duros a pesetas y de los precios demasiado bajos en compras online; tener el software actualizado y el antivirus del año en curso; teclear las webs a mano evitando los enlaces directos; usar páginas seguras para los pagos por ordenador; emplear las coordenadas de nuestro banco; o investigar al vendedor introduciendo sus datos en Google porque si es un estafador aparecerá de inmediato.

Tirado recordó a los estudiantes que, en sus tiempos, en la Facultad de Informática, se les hacía saber que se podían programar virus para infectar equipos «porque en un principio el objetivo no era económico». Ahora se ha convertido en el propósito número uno, conseguir dinero fácil, y los usuarios más asequibles son los más débiles porque necesitan trabajo y «pican» con cualquier oferta. Son presas de la denominada ingeniería social, que permite acceder a información confidencial a través del propio usuario, que es quien acaba facilitándola.

Contraseñas

«Ya podéis utilizar la clave más enrevesada que imaginéis, que mediante el ataque a la psicología del individuo el hacker acaba disponiendo de ella», advertía el agente a los universitarios. Algo preocupados preguntaron si sería delito diseñar un troyano, el virus que accede al control total de un dispositivo. Tirado fue tajante: si su uso va a ser fraudulento, por supuesto. Otra cosa es que se diseñe como trabajo fin de carrera... apuntó provocando una carcajada general.

La línea que traspasa al delito a veces es muy fina, como cuando se trata de un troyano para controlar lo que nuestros hijos ven en internet. La respuesta dejó dudas en el ambiente porque la comunicación privada lo es también para un menor y no se podría acceder a su correo, sus chats, y, en definitiva, «dependerá del juez que toque», subrayó el profesional a partir de su propia experiencia.

Pero ¿y la Policía?, ¿tiene acceso a ese tipo de control informático ante un posible delito? Siempre con permiso judicial, concluyó.

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