El barranco de Aguamarga aparece ya limpio del enjambre de cañas que invadía el cauce y que había provocado las quejas de los vecinos de barrios limítrofes como Gran Vía Sur y San Gabriel así como de los trabajadores de la fábrica de aluminio Aludium, situada a la orilla del barranco, ante el riesgo de desbordamiento en caso de lluvias fuertes puesto que la vegetación taponaba la salida natural del agua al mar.
Aunque la competencia en la limpieza de estos barrancos corresponde a la Confederación Hidrográfica del Júcar, finalmente ha sido el Ayuntamiento el que ha realizado esta limpieza anual, que ha tenido un coste de 14.000 euros. Durante nueve días, operarios con maquinaria especial han retirado la vegetación dejando una isla de cañizo en medio del cauce para respetar la biodiversidad del barranco, según explicó ayer el concejal de Medio Ambiente, Víctor Domínguez. Precisamente, el especial interés de la flora y la fauna del tramo final del encauzamiento de Aguamarga llevó a los ecologistas a pedir que la limpieza se hiciera a mano para proteger especies como los erizos eliminando exclusivamente la vegetación invasora, principalmente las cañas y mimosas.
Domínguez explicó que finalmente el Ayuntamiento ha vuelto a asumir, como ya hiciera el año pasado, la limpieza del tramo por motivos de seguridad, pero adelantó que el gobierno local instará a la Confederación Hidrográfica a encargarse de esta tarea anual en lo sucesivo al ser la administración competente y con este fin mantendrán una reunión a primeros de año. «La competencia es de ellos y vamos a tratar de que cumplan con sus obligaciones. No entendemos por qué no se hacen cargo de algo que puede ser peligroso como dijeron los propios técnicos de la Confederación en una inspección del barranco que hicieron a principios de septiembre. Lo estuvieron viendo y nos transmitieron, de palabra, cuál era el estado de la zona y que hacía falta una intervención. Después supimos que no habían incluido Aguamarga entre los barrancos en los que actuar», pese a lo crecido de la vegetación, que además amparaba vertidos de escombros y otros.
El Ayuntamiento, en parte, ha asumido la limpieza ante las insistentes quejas de los trabajadores de Aludium (antigua Alcoa) debido al riesgo anual de inundación de la factoría por el desbordamiento del barranco. En este sentido, el presidente del comité de empresa, Marcelino Hernández, recordó que la Confederación se ha gastado este año 2,2 millones de euros en acondicionar barrancos y ni un euro en éste, que se desbordó en la riada de 1982.
Dado que esta limpieza de la vegetación lo que hace, como precisó el edil de Medio Ambiente, es minimizar el riesgo de riada pero tampoco lo elimina del todo si llueve de manera torrencial, los técnicos municipales trabajan ya en la elaboración de un informe con una serie de recomendaciones para proteger la factoría de aluminio con las mayores garantías.
En este sentido, los técnicos propondrán medidas correctoras, entre ellas la construcción de un muro de determinada altura para garantizar la seguridad de la fábrica y sus trabajadores en caso de desbordamiento. «La limpieza, por sí sola, no significa que, si cae muchísima agua, no se inunde la fábrica. Hemos quitado los caños, que provocan un mayor aumento del nivel del agua, pero si caen cientos de litros también existe peligro», dijo Domínguez. Los técnicos se reunirán con representantes de la fábrica para que asuman la infraestructura. «Vamos a tratar de buscar soluciones definitivas que garanticen la seguridad y la presencia de la biodiversidad medioambiental». El propio alcalde, Gabriel Echávarri, señaló en una reciente reunión con representantes de los trabajadores de Aludium que el Ayuntamiento no va a consentir que la fábrica se encuentre todos los años en riesgo de cierre por una posible inundación. Además, se pedirá a la Confederación que asuma el coste de la reciente limpieza.
