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Investigan a la empresa de las resonancias de los hospitales por un fraude de 8,4 millones

Un juzgado imputa tras la denuncia a Fiscalía a 13 directivos de Eresa y tres filiales por delitos contra la Hacienda Pública entre 2009 y 2012

El juzgado de Instrucción número 15 de Valencia investiga a la empresa Exploraciones Radiológicas Especiales SL (Eresa), responsable de las resonancias magnéticas en la sanidad de la Comunidad desde al año 2000, por un presunto delito contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social. La empresa podría haber dejado de ingresar por el impuesto de sociedades 8,4 millones de euros entre 2009 y 2012, según las investigaciones realizadas por la Fiscalía Provincial de Valencia, tras una denuncia de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT). Por estos hechos, el juzgado de Instrucción 15 ha citado a declarar como imputados a 13 directivos de Eresa y tres empresas satélite que, supuestamente habrían colaborado en la deducción de «gastos ficticios».

Eresa SL es la accionista mayoritaria de la unión temporal de empresas concesionaria en 2008 de las resonancias magnéticas de todos los hospitales públicos del territorio autonómico (excepto los concertados) hasta 2018. Un contrato que fue cuestionado por la Sindicatura de Comptes en 2013 por el sobrecoste para las arcas públicas que representa el servicio, por lo que aconsejaba volver a la gestión pública.

En febrero de 2008, Eresa encargó a Sun Chiz SL (una empresa satélite de Eresa con sede en Alcalá de Henares, aunque toda su actividad y juntas generales se celebran en Valencia) «la prestación de servicios médicos consistentes en la realización de informes radiológicos y atención al paciente en todos sus centros, con total disponibilidad geográfica y horaria».

Empresas sin «actividad real»

En realidad, según la Fiscalía, «Sun Chiz SL carecía de actividad real y de los medios materiales y humanos necesarios para la realización de los servicios encomendados». De hecho, el Ministerio Público considera a esta empresa «una sociedad interpuesta cuyos socios eran, en su mayor parte, trabajadores de otras empresas vinculadas a Eresa o con vínculos familiares» con los propietarios de la empresa de resonancias.

Como Sun Chiz SL no podía afrontar el encargo de los informes radiológicos (sólo contaba con uno o dos trabajadores entre 2007 y 2014, según la información del Registro Mercantil), subcontrató con otra empresa satélite de Eresa, Iberdiagnosis SL «la prestación de los servicios de diagnóstico por la imagen y atención al paciente». En resumen, Sun Chiz SL facturaba a Eresa por unos servicios que aparentemente le suministraba Iberdiagnosis SL, que también emitía sus propias facturas. Aunque Iberdiagnosis SL, con sólo tres trabajadores declarados, «también carecía de los medios personales y materiales necesarios para la realización de dicho servicio». De esta manera, los trabajos contratados por Eresa a Sun Chiz y subcontratados a Iberdiagnosis SL «en realidad fueron realizados con personal y medios técnicos de la propia Eresa», según concluye la Fiscalía.

«Todo este operativo no era más que una simulación, con el objetivo de facilitar a Eresa la disminución de sus bases imponibles mediante la deducción de unos gastos ficticios». De ahí que, «de forma indiciaria», la Fiscalía de Valencia concluya que Eresa «se dedujo gastos ficticios amparados en facturación emitida» por la mercantil Sun Chiz SL «con el objeto de reducir la base imponible en sus declaraciones del impuesto de sociedades».

Se trataba de «una simulación ideada para defraudar a la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT) en relación con las declaraciones por el impuesto de sociedades de Eresa», por las que dejó de ingresar 8,4 millones.

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