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La asfixia del Consell le impide amortizar un solo euro de los préstamos del rescate

La falta de liquidez fuerza a la Generalitat a refinanciar todos los vencimientos de deuda de los créditos del Gobierno

La asfixia del Consell le impide amortizar un solo euro de los préstamos del rescate

Las tensiones financieras que sacuden la Generalitat, por una parte, y la necesidad de destinar buena parte de sus recursos a las políticas sociales, por otra, han provocado que la Comunidad no pueda amortizar ni un euro de los préstamos que le está concediendo el Gobierno central con el fin de sortear el default. Fuentes de la Conselleria de Hacienda, capitaneada por Vicent Soler, admiten que la administración valenciana no ha podido afrontar ni uno solo de sus vencimientos de deuda con el Estado y se ha visto obligada a refinanciarlos todos. El problema de fondo es de sobra conocido por todos los grupos políticos: el modelo de financiación autonómica.

Y es que el agravio que sufren las arcas valencianas no es nuevo. Viene de lejos. En 2002, cuando entró en funcionamiento el sistema de reparto de fondos que aprobó el Gobierno de José María Aznar, los intereses de la Comunidad ya se vieron dañados. Y en 2009, con José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa, el nuevo modelo no fue capaz de corregir los desequilibrios entre regiones. Y la Generalitat, de nuevo, se vio seriamente damnificada, hasta el punto de que hoy por hoy es junto a Murcia y Baleares la autonomía más castigada. Si Madrid tuviera en cuenta la población de Alicante, Valencia y Castellón, el Consell debería recibir todos los años 1.000 millones extra.

El agravio no se queda solo ahí. Dado que la periodicidad de los modelos de financiación es quinquenal, el nuevo sistema debería haber entrado en vigor el 1 de enero de 2014. Es decir, hace ya casi dos años. Pero el Ministerio de Hacienda alegó que no quería abrir un enfrentamiento entre comunidades y aplazó la revisión de la financiación autonómica.

Las alarmas sonaron en el Palau mucho antes. En concreto, a finales de 2011. Por aquel entonces, la Generalitat tenía que hacer frente a un vencimiento de deuda con el Deutche Bank, pero carecía de la liquidez suficiente para afrontar esa deuda. ¿Y qué pasó? Que el Gobierno central, por primera vez, salió al rescate de la Comunidad. El recién estrenado Ejecutivo de Rajoy tuvo que avalar la operación y el Consell pudo salvar in extremis el problema. Fue la primera de muchas ayudas.

Consciente de las dificultades económicas de muchas autonomías por culpa de la crisis, el Ministerio de Hacienda impulsó dos mecanismos para que éstas pudieran hacer frente a sus obligaciones. El primero de ellos fue el plan de pago a proveedores. Su objetivo era sencillo: que las administraciones saldarán en tiempo y forma miles de facturas que adeudaban a las empresas. La Comunidad Valenciana se acogió a él y recibió préstamos del Gobierno por 7.519 millones durante los dos ejercicios en los que se prolongó el plan (2012 y 2013). De acuerdo con los datos del propio Ministerio, esos fondos permitieron saldar 995.275 facturas de un total de 8.743 proveedores. Ninguna otra autonomía recibió tanto dinero. La segunda, Cataluña, se quedó 1.000 millones por debajo.

El otro gran salvavidas que ha recibido el Consell ha sido el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), hoy todavía en vigor. El Gobierno también lo puso en marcha en 2012, pero con el objetivo de que las autonomías pudieran cumplir sus vencimientos de deuda. El FLA también ha dejado, y sigue dejando, un goteo de millones en las comarcas valencianas. En 2012 llegaron 3.829,4 millones; en 2013, 3.119 millones; en 2014, 6.057,4 millones; y en los ocho primeros meses de 2015 los créditos del FLA rebasan los 6.501,7 millones, de acuerdo con la información del Ministerio. En total, 19.507,5 millones, que a lo largo de las próximas semanas se verán incrementados cuando el Gobierno transfiera otros 1.400 millones más para cubrir el déficit del pasado año.

Estos dos mecanismos, unidos a los préstamos blandos que concedió el ICO en 2012, han contribuido a disparar la deuda de la Generalitat hasta los 40.085 millones. Es la segunda más alta de España en términos absolutos -tras Cataluña- y la primera en relación al PIB. Todas esas ayudas del Gobierno han provocado, además, que el propio Ejecutivo central sea ya el principal acreedor de la Comunidad. Seis de cada diez euros que el Consell adeuda ha de pagárselos a Madrid.

Y a todo ello se une la actual falta de liquidez, que obliga a refinanciar todas las operaciones.

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